En el mundo en rápida evolución de los mercados financieros, la digitalización se ha convertido en una herramienta esencial para la gestión del riesgo de crédito. Al transformar los procesos manuales en sistemas racionalizados y basados en datos, la digitalización permite el análisis en tiempo real, una toma de decisiones más rápida y una evaluación de riesgos más sólida. Con el potencial de mejorar la previsión, la asignación de recursos y la estabilidad financiera, la digitalización es un componente fundamental de las herramientas del tesorero.
Sin embargo, la adopción de la digitalización en la gestión del riesgo crediticio varía entre organizaciones en función del tamaño, el entorno normativo y la madurez tecnológica.
Una reciente encuesta de Aon arroja luz sobre este panorama mixto, revelando tanto las oportunidades como los retos a los que se enfrentan las empresas cuando tratan de adoptar la digitalización para lograr una mayor automatización y eficiencia. La encuesta, realizada entre clientes de Aon, profundiza en la adopción de la digitalización en tres fases críticas de la gestión del riesgo de crédito, destacando los retos actuales y futuros. Los resultados presentan un panorama desigual.
Principales ideas
- La digitalización atrae más a las grandes empresas que buscan eficiencia y mitigación de riesgos.
- La escasez de recursos informáticos supone un reto importante para la digitalización de la gestión del riesgo crediticio.
- Las definiciones contradictorias de automatización y la falta de concienciación dificultan su adopción.
- Las empresas no invierten lo suficiente en la automatización de los procedimientos de aseguramiento del riesgo de crédito.
La digitalización es esencial para sortear los retos económicos asegurando el crédito, optimizando los cobros y gestionando los riesgos de impago. El documento que recoge todos estos resultados ofrece valiosas perspectivas y oportunidades para ayudar a las empresas a aprovechar las ventajas de la digitalización y adoptar la automatización para mejorar la eficiencia de la gestión del riesgo de crédito.