El 5G traerá todo tipo de cambios a la economía. Uno de los sectores que más se beneficiará es el de la telemedicina y los cuidados médicos en general. El sanitario es un sector fundamental, cuyos profesionales podrán realizar mejor su trabajo gracias a esta nueva generación de redes móviles. ¿Cuáles son los principales beneficios de esta tecnología?
El 5G y la telemedicina
La relación entre el 5G y la telemedicina augura grandes avances. Esta nueva generación de redes trae cambios de gran calado, que se centran en la velocidad de las conexiones. Así, se podrá navegar hasta a 10 gigas por segundo y con una latencia no superior a los 5 milisegundos. Gracias a esto, la medicina remota se desarrollará con mucha más facilidad.
Algunos informes plantean ya que la telemedicina crecerá un 16,5 % para el año 2023. Buena parte de la demanda vendrá de lugares remotos y entornos rurales, que podrían empezar a recibir atención médica casi al instante. Si bien no será presencial, las repercusiones que tendrá esto son significativas: realizar el seguimiento de un tratamiento o solucionar problemas comunes ganará en agilidad.
Para tener una idea de lo que supondrán el 5G aplicado a las nuevas tecnologías sanitarias, no está de más conocer los diferentes beneficios que traerá en los próximos años. Las fundamentales serán los siguientes.
Operaciones a distancia
Gracias a otras tecnologías, como la robótica, las operaciones a distancia serán habituales. Con una latencia tan baja, las acciones del profesional no tendrán un retardo perceptible, lo que contribuirá a reducir los riesgos y a abaratar los costes de la cirugía. Países con sistemas sanitarios en desarrollo podrán beneficiarse de este avance, al igual que los habitantes de lugares de difícil acceso.
Además, los mejores profesionales podrán actuar en casos singulares o de especial relevancia, lo que aumentará las probabilidades de éxito de la operación. Este tipo de acciones ya se realizan, pero con el impacto de las redes de quinta generación los obstáculos se reducirán sustancialmente.
También se mejorará la asistencia remota para apoyar en una cirugía concreta. Solo será necesario disponer de cámaras con las que cubrir los ángulos importantes en el quirófano. Así el profesional al otro lado de la línea tendrá toda la información precisa para dar las indicaciones pertinentes. La respuesta que dé será en tiempo real, con una calidad de imagen casi perfecta y con la posibilidad de enviar documentos escritos al instante.
Atención médica descentralizada
Las consultas a distancia también se simplifican. Es una de las aplicaciones de la telemedicina más comunes en la actualidad, pero su peso irá creciendo con el tiempo. Esta posibilidad favorecerá tanto a los pacientes crónicos e incapacitados como a los que padezcan una enfermedad leve. No tendrán que acudir a su centro de salud para recibir un diagnóstico, solucionar dudas o realizar el seguimiento de su evolución.
La creación de plataformas de medicina en línea ayudará a fortalecer estas prácticas. Se dará a los pacientes un soporte robusto, intuitivo y con conexión con diferentes profesionales. Además, las conexiones de quinta generación son más resistentes, lo que supone que la línea no se perderá con facilidad. Así se podrán realizar diagnósticos con toda la cercanía y tranquilidad que requieren.
Aumento del volumen de datos médicos
Con la ayuda del big data es posible obtener información valiosa y usarla para diferentes fines. Uno de ellos es la predicción del desarrollo de enfermedades; algo muy útil para el tratamiento del cáncer, por ejemplo. Se dispondrá del cuadro clínico de pacientes de todo el mundo: una base de datos amplia, perfecta para establecer pronósticos acertados.
Al contar con una red tan potente como las de quinta generación, estructurar, almacenar, transmitir y analizar ingentes volúmenes de datos se hace más sencillo. También se dispondrá de inmediato de información actualizada sobre el estado de los pacientes.
Una interesante opción en este sentido es el uso extensivo de dispositivos para el control médico. En la actualidad, los relojes inteligentes cuentan con medidores de oxígeno en sangre, número de pulsaciones por minuto y más utilidades que sirven para controlar el estado de salud. Pues bien, al disponer de redes de quinta generación su capacidad de transmisión a un nodo central aumenta, y sus datos podrían incluso ser compartidos con el médico. Por tanto, el uso de estos aparatos podría extenderse a la mayoría de la población.
Mantener una completa supervisión del estado de salud de una persona es posible en estas circunstancias. Los datos recibidos avisarán de una enfermedad en un estadio temprano, o permitirán entrar rápidamente en acción en situaciones críticas, como es el caso de un infarto.
Mejores diagnósticos
Realizar un diagnóstico requiere de profesionales experimentados y con un conocimiento amplio. Hay que tener en cuenta que diferentes enfermedades pueden compartir múltiples síntomas, algo que complica el ofrecer una evaluación precisa y de calidad.
Las redes de nueva generación facilitarán el uso extensivo de inteligencias artificiales en los diagnósticos. Su principal ventaja reside en su capacidad para procesar datos. Los especialistas pueden cotejar el cuadro de un paciente con millones de casos en pocos segundos, una ayuda inestimable. Además, tendrán acceso disponible a los últimos avances en su área de interés, todo ello sustentado en redes más sólidas y estables.
Con todo esto, los diagnósticos ganan en velocidad, agilidad y precisión. Se descartarán todas aquellas dolencias que no encajen al completo con el cuadro del paciente, lo cual se hará en unos pocos segundos y se podrá establecer a tiempo el tratamiento más indicado.
La atención médica personalizada será una realidad gracias a esta tecnología. No solo se contará con las indicaciones del paciente, sino que, al supervisar su estado, se ofrecerán tratamientos específicos basados en su propia evolución y la comparación con millones de casos. Los diagnósticos se ajustarán a cada caso particular, con la consiguiente mejora de su calidad de vida. Las equivocaciones en el diagnóstico se verán reducidas, al igual que los tratamientos equivocados o la realización de cirugías por error, por lo que los pacientes serán los verdaderos ganadores.
Reducción de la carga de trabajo para el personal médico
Gracias a la atención médica descentralizada y a la rapidez de los diagnósticos, los profesionales de la medicina tendrán más tiempo para dedicar a los pacientes que más los necesitan. A esto también contribuye las consultas en modalidad remota. Así, se optimizan los recursos disponibles para que no acaben destinados a quienes no los van a necesitar.
Además, la carga burocrática se reducirá sustancialmente. El manejo de los datos de cada paciente puede automatizarse y transmitirse entre centros de forma rápida, algo que en la actualidad llega a resultar problemático si se cuenta con una red poco potente. Esto también disminuye el estrés al que se somete a estos profesionales y el número de personas al que pueden atender cada día.
Al centrarse en los pacientes y no en otras actividades, realizarán su cometido con la tranquilidad y concentración que requiere. Es importante tener esto en cuenta, ya que un médico de cabecera llega a atender a 30 personas en un solo día, dedicándole casi 15 minutos a cada una de ellas. Ante este volumen, la calidad del servicio prestado se reduce con cada consulta que se lleva a cabo.
Por tanto, reducir los trámites burocráticos y el número de pacientes al día hará que el trabajo de los médicos mejore sustancialmente, para el beneficio de la sociedad en su conjunto. Todo ello será posible gracias a la transmisión fluida de información y a las posibilidades de la telemedicina.
Implantación de la cirugía robótica
Pocos hospitales cuentan con la infraestructura necesaria para utilizar estos equipamientos. Una red informática de calidad es fundamental para su funcionamiento, ya que algunos modelos requieren de una conexión continua a internet para realizar las operaciones. Sin embargo, contar con su labor permite llevar a cabo intervenciones poco invasivas con un postoperatorio menos doloroso y una precisión mayor.
Estas máquinas son capaces de efectuar movimientos imposibles para una persona, lo que logra el acceso a regiones difíciles. También provocan cicatrices de menor tamaño, y la pérdida de sangre se reduce. Además, cabe la posibilidad de que un especialista tome los mandos del robot y se encargue de desarrollar la intervención.
Con las redes de quinta generación se podrá desarrollar aún más esta tecnología, aplicándola a cada vez más cirugías. Asimismo, más centros tendrán acceso a estos equipamientos y se beneficiarán de las ventajas que ofrecen. Por ejemplo, los costes de las operaciones podrían caer en picado, al aumentar el volumen de las realizadas al día.
La aplicación de estas redes supondrá una auténtica revolución para la medicina. Se dispondrá de más datos con los que realizar mejores diagnósticos, la transmisión de información entre centros se agilizará, el trabajo de los profesionales en medicina se centrará en el paciente y este podrá recibir una consulta a distancia. Todo ello gracias a la velocidad de conexión que promete esta nueva generación.
Los cambios que traerá el 5G se irán implementando a lo largo de los años, permitiendo todo tipo de avances. En Aon se apuesta por este tipo de tecnologías para mejorar la calidad de vida de las personas. ¡Contacta con nosotros!
