En defensa de la salud mental y emocional en las organizaciones

La salud mental y emocional es muchas veces “el elefante en la habitación”: todo el mundo ve el problema, y es consciente de su relevancia, pero pese a ello sigue habiendo enfoques que la ignoran, centrándose tan solo en el bienestar y la salud puramente físicos.

Principales ideas:

  • La salud mental y emocional es siempre susceptible de mejora: aún más de lo que sucede con la salud física, no hay una distinción entre sanos y enfermos mental y emocionalmente hablando: todos podemos crecer, es más un proceso que un estado.
  • Estamos viviendo una epidemia de soledad, insatisfacción y depresión propiciada por las nuevas tecnologías, la herencia del Covid-19 y unos modelos a veces erróneos de valoración del desempeño profesional en desacuerdo con los valores sociales imperantes.
  • Hay medidas claramente identificadas que pueden hacer que la estrategia de las empresas en salud mental y emocional funcione.

Vivimos en los últimos años un preocupante aumento de trastornos de salud mental y emocional. Este problema es de más difícil abordaje que el de la salud puramente física. Dado que las causas del problema son diversas, es necesario abordar la solución desde una perspectiva integral, considerando a la persona desde un punto de vista holístico.

Con el objetivo de abordar esta problemática, la Asociación Española de directores de RRHH(AEDRH), en colaboración con expertos de Cigna Healthcare, Opensalud, Aon y un grupo de psicólogos hemos desarrollado este Libro Blanco de Salud Mental y Emocional.

En él, más allá de explicar con datos la situación que existe en España, desde todas las perspectivas, ofrecemos una guía sobre qué pueden hacer las organizaciones para trabajar el bienestar de sus empleados, que nos demandan especialmente los trabajadores más jóvenes.

El Libro presenta algunos casos de éxito como son los de Orange y Domus VI: Se trata de empresas que, apostando por el cuidado de sus plantillas, han logrado una mejora cuantificable del bienestar.

¿Nos afecta a todos, o a unos más que a otros?

Las políticas de salud y bienestar en el trabajo benefician a todos los trabajadores. Entre las causas que generan este tipo de problemas, cabe citar tres grandes categorías:

  1. la falta de tiempo o de interés para las relaciones sociales, la hiperconexión, la hiperestimulación y la auto-explotación (con palabras de Byung-Chul Han) que supone el abuso de las nuevas tecnologías, tanto en el ámbito personal como en el empresarial, que a menudo las implanta como herramientas laborales;
  2. las consecuencias del Covid-19: se advierte cierto desajuste en cuanto al orden de valores personales y profesionales entre lo que espera la empresa y lo que valoran las jóvenes generaciones, especialmente en empresas que no permiten la conciliación o estimulan un ambiente en exceso competitivo;
  3. la incertidumbre social o económica.

Algunos datos a considerar:

A consecuencia de ello, se están incrementando sensiblemente las consultas por ansiedad, que tiene actualmente una prevalencia del 6,7% sobre el total de la población y afecta a más de 4 millones de personas (por encima de la depresión, que tiene una prevalencia del 5% y afecta a 2.5 millones de personas) (Fuente Estudio de la salud mental en España. Confederación de la salud mental en España). En la actualidad, el 66% de las consultas son por ansiedad. No en vano, el 32% de la población española ocupada declara estar sometida a presiones de tiempo o sobrecarga de trabajo (Fuente Open Salud). En su conjunto, el 14,3% de las bajas laborales fueron, en 2021, por motivos de salud mental. (Fuente Encuesta de salud mental INE) 

Y la prevalencia de estos problemas tiene una perspectiva de género y de edad: afectan de forma desproporcionadamente alta a mujeres (61,3%), jóvenes de entre 18 y 34 años y en especial a las pertenecientes a extractos sociales bajos o muy bajos (Fuente Estudio de la salud mental en España. Confederación de la salud mental en España). Por consiguiente, abordar y mejorar estos problemas ayuda a estos segmentos más vulnerables de la población laboral.

¿Qué se puede ofrecer desde las empresas?

Una estrategia de salud mental y emocional debe (1) identificar las causas, (2) plantear soluciones que no se limiten a curar la enfermedad de unos pocos, sino mejorar el bienestar mental y emocional de todos, y (3) establecer métricas que permitan conocer y evaluar el éxito o el fracaso en las tareas emprendidas.

El Libro Blanco elaborado, profundiza en las causas, algunas de las cuales han sido ya anticipadas. Es preciso utilizar una perspectiva holística: la persona trabajadora es la misma que luego debe desempeñarse en su hogar y en su familia, y una cultura empresarial nociva puede causar daños en el ámbito personal de los trabajadores que no resulten visibles desde la empresa.

El cambio en la cultura de la empresa debería tener -como se ha dicho el primer paso, el objetivo de cerrar la “brecha” de valores que los trabajadores más jóvenes perciben entre el mundo laboral vigente, hipercompetitivo, y su mundo personal. Hacer de la empresa un entorno más saludable desde el punto de vista mental y emocional ha de ser el primer reto.

El Libro Blanco recoge el testimonio de dos empresas (Domus VI y Orange) que han sido pioneras en este campo, y analiza las claves de su éxito.

Todo ello, por supuesto, sin perjuicio del ofrecimiento de herramientas que permitan el diagnóstico temprano y el tratamiento médico adecuado de las patologías que en su caso surjan, que afectarán -es de esperar- a una muy pequeña parte de la plantilla si la cultura de empresa es idónea. Las enfermedades mentales han dejado de estar estigmatizadas, pero siguen infradiagnosticadas y menos tratadas de lo que resulta necesario.

La telemedicina en el ámbito psicológico se disparó en la epidemia de Covid-19, pero no debe olvidarse que, como pone de manifiesto el Libro Blanco, el vínculo con el terapeuta (sin importar que sea presencial o telemático) es el 80% del trabajo en consulta. El Libro Blanco afirma que “un servicio de atención compuesto al 100% de líneas de chat y teléfono que atienden anónimamente a los empleados no suele tener gran impacto a nivel mental y emocional”.

En conclusión, la salud mental y emocional es siempre una cuestión de grado, y no afecta solo a patologías diagnosticadas, sino a la totalidad de las personas. Es un elemento esencial del liderazgo y constituye la diferencia entre el éxito y el fracaso en cualquier proyecto empresarial.

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