El futuro de la alimentación: el equilibrio entre riesgo y oportunidad

Las proteínas y métodos de cultivo alternativos pueden ser el futuro de la alimentación, pero las partes interesadas deben ser conscientes de los riesgos que conllevan estas oportunidades.

Principales ideas

  • La agricultura representa un porcentaje sustancial de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, lo que impulsa a agricultores, productores de tecnología y proveedores a buscar métodos alternativos de cultivo y producción de alimentos.
  • Para reinventar y ampliar con éxito el sistema alimentario, las partes interesadas deben ser conscientes de dónde reside el riesgo a lo largo de la cadena de valor, cómo se gasta la energía en el proceso y los costes asociados a estas innovaciones.
  • Las asociaciones a lo largo de la cadena de valor pueden ayudar a mitigar estos riesgos y llegar a los consumidores allí donde estén.

Introducción

A medida que el cambio climático ha pasado a primer plano en la mente de muchos consumidores, la industria agroalimentaria ha tenido que hacer frente a amenazas medioambientales históricas. La agricultura, la silvicultura y el uso de la tierra representan más del 18% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Las sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos han hecho impredecibles las temporadas de crecimiento de cultivos importantes. Y el aumento de los costes y la escasez de la cadena de suministro han motivado tanto a los países como a los consumidores a buscar opciones alimentarias alternativas, como demuestra el resurgimiento de los guisantes congelados en el Reino Unido y la creciente popularidad de proteínas más sostenibles y alimentos más nutritivos, como las algas.

La movilización para transformar la industria alimentaria es innegable, pero la complejidad del sector ha ralentizado su adopción. «Las start-ups y las empresas de tecnología agroalimentaria tienen una lista de retos que resolver, incluyendo grandes desafíos relacionados con los alimentos, la agricultura, los residuos de alimentos, la reducción de carbono, el uso de productos químicos, la escasez de mano de obra, los beneficios nutricionales y mucho más«, declara Tami Griffin, national leader of the Food, Agribusiness and Beverage Industry Practice de Aon.

El progreso en este ámbito no muestra signos de detenerse. En 2022, se invirtió un total de 29. 600 millones de dólares en todo el mundo en start-ups de tecnología alimentaria y agroalimentaria, lo que supone una evolución prometedora para la sostenibilidad, el sector y el planeta. A medida que los líderes de la industria alimentaria y de bebidas se adaptan a estas condiciones cambiantes, también deben ser conscientes de los riesgos coincidentes, las percepciones de los consumidores y las oportunidades en cada nivel de la cadena de valor.

En profundidad

El futuro de la alimentación depende de que toda la cadena de valor de la agricultura trabaje conjuntamente: desde los agricultores que cultivan las cosechas hasta las marcas de alimentos que adoptan envases respetuosos con el medio ambiente, pasando por las tiendas de comestibles que venden los productos.

«Se trata de ampliar el sistema alimentario de forma sostenible para alimentar a una población en crecimiento«, afirma Ciara Jackson, global Food, Agribusiness and Beverage Practice leader de Aon. «El progreso se ha basado en una combinación de tecnología e innovación que trabajan juntas, pero la fragmentación de la industria alimentaria y de bebidas dificulta los riesgos y las decisiones empresariales«.

Agricultura alternativa: métodos y riesgos

Para los productores de alimentos, los métodos de cultivo alternativos, como el entorno controlado y la tecnología agrícola avanzada, pueden ayudar a reducir la necesidad de combustibles fósiles, agua y tierra. Sin embargo, los inversores y adoptantes deben ser conscientes de tres riesgos asociados a estos nuevos métodos.

  • En primer lugar, los agricultores suelen asumir el riesgo si pierden el rendimiento o si la tecnología no funciona. Si los agricultores deciden invertir en nuevos tipos de equipos, por ejemplo, son responsables de los gastos; y si los rendimientos son bajos a causa del calentamiento global y los patrones climáticos secos, la rentabilidad de los agricultores se resiente junto con su capacidad para compensar los costes de estos nuevos métodos.
    «Muchas de las inversiones que vemos ahora se centran en una agricultura climáticamente inteligente y regenerativa, pero ¿cómo podemos hacer eso y que siga siendo rentable para los agricultores?«, se pregunta Griffin. «Asumen el gasto y el riesgo del rendimiento, así que ¿cómo podemos facilitar la adopción de estas nuevas tecnologías?«.
  • En segundo lugar, las tecnologías alternativas y la medida de cultivo de alimentos son caras de adoptar, lo que podría disuadir a los agricultores de implementar estas estrategias. En última instancia, estos costes se reflejan en el precio de mercado más elevado de muchas opciones alimentarias alternativas o regenerativas, y estos precios más altos podrían disuadir a clientes potenciales. Por ejemplo, la producción de una libra de carne cultivada en laboratorio podría costar al menos 17 dólares, casi nueve veces el coste de producción de una libra de carne de vacuno. Si añadimos los costes de la cadena de suministro, los impuestos y los márgenes de los restaurantes, optar por una opción de carne cultivada en laboratorio en un restaurante podría costar al cliente casi 100 dólares.
  • En tercer lugar, a pesar de necesitar menos agua y espacio, la agricultura de ambiente controlado y los alimentos fermentados consumen una cantidad significativa de energía. Estudios recientes han señalado que las granjas verticales y los invernaderos comerciales utilizan grandes cantidades de electricidad para crear un entorno de crecimiento adecuado, lo que contrarresta la afirmación de que son métodos de cultivo típicamente sostenibles. Para que estas opciones sean realmente sostenibles, tendrían que funcionar con energía baja en carbono, lo que requiere más dinero e inversiones en infraestructuras. Griffin también destaca que los grandes invernaderos pueden suponer un nuevo riesgo del mercado de seguros patrimoniales, debido a la vulnerabilidad de las estructuras ante fenómenos climáticos graves.

Innovación alimentaria y perspectiva del consumidor

Griffin indica que la actitud de los consumidores respecto a elegir sucedáneos de carne o carnes cultivadas en laboratorio ha impedido que ambas opciones tengan un mayor crecimiento. «Hemos visto que algunas empresas empiezan a plantearse producir alimentos híbridos que utilicen parte de proteína vegetal y parte de proteína cárnica«, señala. Esta combinación podría ayudar a reducir la cantidad de producto de origen animal que necesitan los productores, pero los consumidores podrían seguir considerando estos alimentos como altamente procesados. Además, estas opciones son más caras que las tradicionales, lo que las pone fuera del alcance de muchos consumidores.

Los consumidores también se enfrentan a decisiones relativas a los ingredientes de los nuevos alimentos. Aunque las proteínas alternativas son percibidas como el próximo horizonte de la creación y consumo de alimentos, Jackson explica que todavía son nuevas y no están probadas. Algunas contienen hasta cincuenta ingredientes y se desconocen los efectos a largo plazo sobre la salud de algunos de ellos.

Sobre todo, encontrar el momento oportuno podría ser un factor crítico en el éxito de estos avances. «Hoy en día, la industria láctea es una gran emisora de carbono y metano«, apunta Jackson. «La ciencia y la tecnología podrían reducir significativamente esos niveles de emisiones en cinco o diez años, lo que cambiaría la percepción pública de que los lácteos son algo malo para el planeta«.

La industria alimentaria, agrícola y de bebidas mira hacia el futuro

Para que agricultores, productores de tecnología y proveedores tengan éxito en los próximos años, será importante establecer asociaciones entre sí y combinar recursos para llegar a los consumidores allí donde estén. Las empresas situadas más arriba en la cadena de suministro pueden colaborar con dichos agentes para reducir el riesgo e impulsar el cambio en el sector.

«De cara a los consumidores, las marcas alimentarias corren un gran riesgo desde el punto de vista de su reputación«, explica Griffin. «Por ello, deben pensar en cómo pueden proteger la integridad de sus productos y tener un mayor conocimiento sobre su procedencia, y cómo pueden mejorarlos en el proceso para así cumplir sus promesas«.

En adelante, teniendo en cuenta el aumento de las acusaciones de greenwashing (o ecoblanqueo), las empresas tendrán que centrarse en su marketing y asegurarse de que las afirmaciones que hacen pueden corroborarse.

«A medida que se endurezca el entorno normativo, las empresas estarán sometidas a un mayor escrutinio para cumplir sus promesas, y su progreso será más fácil de medir y comparar a lo largo del tiempo«, pronostica Jackson. «Los inversores y los consumidores castigarán o recompensarán a las empresas en función de sus resultados, lo que ha impulsado a más empresas a cambiar realmente sus comportamientos para tener un mayor impacto climático positivo«.

A medida que se endurezca el entorno normativo, las empresas estarán sometidas a un mayor escrutinio para cumplir sus promesas, y su progreso será más fácil de medir y comparar a lo largo del tiempo»

Ciara Jackson

Food, Agribusiness and Beverage Industry Practice Leader de Aon

 

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