La industria de Life Sciences se prepara para el futuro en el entorno económico actual

La creciente presión para reducir los precios de los medicamentos, unida a una mayor competencia y a las presiones económicas, ha hecho que las empresas pongan más énfasis en revisar los costes operativos.

Si bien el I+D y las cadenas de suministro fueron en su día los principales catalizadores del aumento de los costes, hoy es la inflación y las presiones económicas lo que impulsan a las empresas a revisar sus estrategias, cambiando la composición y el mercado de esta industria.

Ferran Bellés, Head de la vertical de Life Sciences de Aon, declara «La industria no ha sido ajena a la inflación, al incremento de costes de las materias primas y la energía y otros factores que obliga a las empresas a buscar un enfoque reflexivo y eficiente a la hora de operar sus negocios».

 Investigación y desarrollo

El sector invierte cada vez más en investigación y desarrollo, pero estas innovaciones tienen un coste. Para mantener la ventaja en la economía actual, las empresas han tenido que ajustar los procesos de producción y empezar a invertir en nuevas áreas.

Cada vez más empresas de Life Sciences se centran en optimizar los procesos para aumentar los márgenes de beneficio debido al aumento de los costes de producción. La inflación y la vulnerabilidad de la cadena de suministro también han llevado a muchas empresas especializadas en medicamentos genéricos y productos sanitarios a deslocalizar sus procesos de producción.

Además, la entrada en el mercado de biosimilares y productos genéricos a menor coste para los consumidores aumenta la competencia para las empresas. En consecuencia, las organizaciones tienen la tarea de maximizar los ingresos de sus patentes de medicamentos. En el caso de la industria farmacéutica el periodo de explotación suele ser inferior, ya que el periodo que transcurre entre la presentación de una solicitud de patente para un nuevo medicamento y la autorización para ser comercializado reduce la protección efectiva.

Una vez que expira la patente de sus medicamentos más rentables, las empresas necesitan encontrar nuevas fuentes de ingresos, buscando nuevas áreas donde invertir. Ajustar estos enfoques ha permitido a las empresas no sólo ser más rentables, sino también ser más estratégicas respecto a lo que subcontratan, investigan y compran.

Talento y asociaciones

En tiempos de incertidumbre económica, muchas empresas han modificado su mentalidad, centrándose menos en posibles puestos con los que sería bueno contar y más en los puestos críticos para los que es necesario contratar personal.

“La dificultad en incrementar salarios en el entorno económico actual, hace que las empresas tengan que complementar esta pérdida de poder adquisitivo con una propuesta de valor para el empleado consistente y diferencial” declara Bellés.

Para ajustar la plantilla internamente sin dejar de innovar, cada vez son más las grandes farmacéuticas que adquieren start-ups y pequeñas empresas emergentes. Estas fusiones y adquisiciones más pequeñas o selectivas permiten a las grandes compañías acceder a un nicho de investigación más especializado en lugar de intentar desarrollarse en un nicho terapéutico ya competitivo, lo que a largo plazo ahorra tiempo y dinero. Este tipo de optimización y colaboración también ayuda a controlar el entorno normativo que las empresas deben cumplir para lanzar un medicamento al mercado.

Digitalización

El coste de llevar un medicamento desde el descubrimiento inicial hasta la aprobación regulatoria puede llevar más de 10 años y costar una media de 1.500 millones de dólares. Sin embargo, prácticamente sólo uno de cada diez fármacos en investigación llega al mercado.

Las empresas biotecnológicas en fase inicial apuestan por uno o quizá dos programas, así que, si fracasan, podría ser muy perjudicial. Las grandes farmacéuticas suelen ser más estables, de modo que si un compuesto fracasa, aunque sí duele desde el punto de vista monetario y de inversión de tiempo, no es tan perjudicial como lo sería para una empresa más pequeña y en fase inicial.

Además, tras los éxitos cosechados durante la pandemia de COVID-19, todas las miradas están puestas en el sector esperando que realice avances con rapidez. Por ello, la digitalización es fundamental para que los ensayos clínicos sean más eficientes y eficaces a fin de ahorrar costes y tiempo, y también es esencial para recopilar y analizar los datos de los pacientes. Mediante la actualización de las capacidades digitales, analíticas y de datos, las empresas pueden centrarse más fácilmente en las poblaciones de pacientes y descartar determinados compuestos en fases más tempranas para evitar gastar miles de millones en llevar un producto a fases posteriores si puede tener posibles factores de alto riesgo de fracaso.

A medida que mejore la digitalización en la industria en los próximos años, las previsiones indican que el 90% de los ensayos clínicos utilizarán un híbrido de pruebas digitales y presenciales y el 10% serán totalmente virtuales. Para 2025, el mercado de las terapias digitales por prescripción médica se prevé que se triplique. Estos ajustes en el sector de Life Sciences podrían reducir los costes y propiciar un futuro más innovador y rentable para esta industria.

Para obtener más información sobre nuestras perspectivas en Aon para el sector de Life Sciences, accede a nuestra web Life Sciences | Aon

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