Una sociedad cautiva es aquella aseguradora creada para financiar y minimizar los riesgos empresariales. Se trata de compañías de seguros que nacen dentro de un grupo matriz con el objetivo de asegurar todo o una parte importante del riesgo de la empresa. De esta forma, los costes son menores y, al mismo tiempo, se pueden gestionar riesgos que de otra forma no podrían ser asegurados. Asimismo, las cautivas también pueden servir para realizar un análisis de riesgos a los clientes que tiene la propia compañía.
Las sociedades cautivas son creadas, sobre todo, por grandes empresas o grupos empresariales. Entre las compañías que cuentan con sociedades cautivas en España se encuentran Inditex o Telefónica, entre otras. Es decir, son grandes empresas multinacionales que tienen que gestionar riesgos muy complejos y en entornos y mercados diferentes y cambiantes.
La principal razón por la que las compañías recurren a una sociedad cautiva es porque proporciona una mejor gestión de riesgos. Las cautivas se suelen crear, en la mayoría de los casos, por el descontento en la cobertura de los riesgos empresariales y por los costes actuales tan elevados.
En definitiva, una sociedad cautiva supone una solución flexible y eficaz para las empresas y compañías que quieren reducir considerablemente el coste del riesgo.
Ventajas de una sociedad cautiva
Los beneficios de una sociedad cautiva son múltiples y se pueden dividir en: comerciales, económicos y fiscales. Con una sociedad cautiva las empresas consiguen una cobertura más personalizada y acorde a sus necesidades en el análisis de riesgos que con las pólizas y los seguros tradicionales.
En términos generales, la principal razón para utilizar una sociedad cautiva es porque proporciona una mejor gestión de riesgos. Además, el hecho de mantener el riesgo dentro de la propia empresa y no externalizarlo tiene una serie de beneficios, entre los que destacan los siguientes:
- Mayor eficiencia financiera en la gestión de riesgos.
- Las empresas pueden participar en los beneficios del seguro y obtener ingresos adicionales.
- Las cautivas pueden convertir en inversión las primas de riesgo retenidos. Es decir, el ahorro de los costes puede traducirse en inversión.
- La gestión y análisis de riesgos es centralizado, lo que provoca una reducción del coste y se evitan los costes friccionales asociados al riesgo.
- Reducción de las primas de seguro al poder eliminar los intermediarios.
- Flexibilidad y rapidez en la respuesta de cambios estratégicos de retención y transferencia de riesgos.
- El impacto en los precios de mercado es más suave.
- Se cubren riesgos que tradicionalmente tenían difícil solución en los mercados tradicionales.
- Reducción de la incertidumbre en las coberturas contratadas.
- Solución de problemas que parecían irresolubles de manera innovadora y eficaz.
- Acceso directo a los mercados de reaseguro, lo que implica un ahorro de costes para la empresa promotora.
- Mayor control sobre los análisis de reclamo.
- Las sociedades cautivas permiten a la empresa elegir el reasegurador a quien ceder los riesgos.
- Hay acceso a programas gubernamentales.
- Beneficios fiscales.
- Reservas por pérdidas: las reservas en cuentas que no sean de seguros/reaseguros no son fiscalmente deductibles.
- Se pueden diseñar programas de seguros personalizados.
Perfil de las empresas a las que van dirigidas
Las compañías que generalmente se decantan por una sociedad cautiva son aquellas que tienen interés en financiar posiciones de riesgo asumidas. En general, el perfil de las compañías a las que van dirigidas las sociedades cautivas es:
- Organizaciones que cuentan con una base de clientes muy amplia.
- Empresas con un gasto en seguros muy elevado.
- Compañías que se enfrentan a riesgos empresariales complejos. Por ejemplo, multinacionales y empresas que trabajan a escala internacional.
- Empresas que tienen la capacidad de afianzar y contener el aumento de los costes.
La regulación europea
Desde noviembre de 2012 entró en vigor una normativa para unificar todo el mercado. La Directiva 2009/138/CE del Parlamente Europeo y del Consejo de 25 de noviembre de 2009, conocida como Solvencia II, incluyó en la regulación a las empresas de reaseguros cautivas, a todas menos los casos en los que se incluyan disposiciones especiales aplicables a estas empresas. Esta regulación europea exige unos estándares mínimos de supervisión para cualquier sociedad cautiva en todos los estados miembro.
Las nuevas normativas en este ámbito hacen que las compañías de menor tamaño tengan más barreras para acceder a sociedades cautivas debido a las exigencias de capital y al incremento de requisitos a la hora de preparar toda la documentación. Estas circunstancias hacen que aumenten los gastos de administración para este tipo de compañías.
No obstante, pese a que esta circunstancia puede generar algunas barreras de entrada al principio, las ventajas que ofrecen las sociedades cautivas son mayores que los inconvenientes, por lo que desde el sector se espera que el número de sociedades cautivas vaya aumentando en los próximos años de manera notable.