Las instituciones culturales más dañadas por la crisis de la Covid-19 son las sustentadas por fondos privados

reinvención de los museos
Museo cerrado por la crisis del coronavirus
Museo cerrado por la crisis del coronavirus

El mundo de la cultura en España emplea a más de 700.000 personas según los últimos datos compartidos por el Ministerio de Cultura y Deporte. Igual que ha sucedido en muchos otros sectores, la actividad cultural en 2020 ha estado profundamente marcada por el efecto del Covid-19, que ha hecho evidente la fragilidad financiera de museos y galerías de todas las tipologías y tamaños.

The Baltimore Museum of Art llegó a plantearse subastar obras de su colección para poder atender debidamente los salarios de sus trabajadores, aunque finalmente no tuvo que llevar a cabo tal acción. Este es tan solo un ejemplo de la situación crítica por la que han pasado los museos debido al cierre de sus puertas y al descenso de visitantes tras la reapertura.

Un tercio de los museos del mundo despedirá a parte de su personal fijo y temporal por la crisis ocasionada por la pandemia. Concretamente América del Norte ha ejecutado más del doble que en Europa, convirtiéndose en la región con más despidos.

Una encuesta realizada por el Consejo Internacional de Museos (ICOM) asegura que las instituciones más dañadas por la crisis de la Covid-19 son las sustentadas por fondos privados, cuyos ingresos proceden de la aportación privada y la venta de entradas. Por este motivo, las instituciones que dependen principalmente de los fondos públicos han demostrado mayor estabilidad.

A largo plazo, los museos esperan que debido al impacto económico de la Covid-19 se reduzcan sus programas de actividades, las exposiciones temporales y las horas de apertura.

Este escenario está conduciendo al sector cultural a reinventarse y desarrollar nuevos formatos.

Reinvención de los museos

Reinvensión de exposiciones de arte
Reinvención de exposiciones de arte

La reinvención de la actividad marca la estrategia del sector para un futuro que viene marcado por la combinación de lo digital y lo presencial.

El responsable de redes sociales del Museo del Prado explica que los museos y el arte en general deben comportarse como organismos vivos y adaptarse a las innovaciones tecnológicas.

En el Museo del Prado este cambio lo han empezado a instaurar a través de las cuentas de Instagram o Tik Tok, alcanzando los 100.000 seguidores en apenas unos meses. La mayor parte del público del Museo del Prado a través de las redes sociales tiene un perfil diferente al del visitante habitual del Museo y por lo general nunca lo ha visitado, bien por razones de interés o geográficas. Esto hace que el reto de atracción del público a través de la tecnología sea aún mayor, pero han sabido adaptar su mensaje y contenido a este tipo de audiencia.

Otro ejemplo de reinvención lo encontramos en el Museo Thyssen, que ha utilizado el conocido videojuego de simulación “Animal Crossing” para acercar el arte a los más jóvenes, permitiendo a los jugadores crear su propia colección de arte en una isla desierta. En definitiva, el Museo Thyssen está utilizando un videojuego para “construir experiencias digitales desde el arte”.

Venta de arte online

Nueva tendencia de ventas de arte online

A diferencia de lo que ocurre en los museos, las plataformas de arte online están en auge y la Covid-19 ha acelerado las ventas a través de ellas, impulsadas también por las redes sociales fundamentalmente Instagram.

Sotheby’s reportó que las subastas online están atrayendo a nuevos compradores que nunca antes habían estado en una casa de subastas, afirmando que “El comprador demográfico es particularmente sorprendente: casi el 40% son nuevos para nosotros y el 30% están por debajo de 40 años”.

La tecnología y el acceso online permiten a los coleccionistas escrutar las obras mucho más de cerca que en una visita preventa en una sala muy concurrida. Christie’s, por ejemplo, está ofreciendo a los compradores fotografías con super-zoom para inspeccionar las piezas y verificar su estado antes de pujar. También vendió un esqueleto casi completo de un tiranosaurio rex en octubre 2020 por USD 31,8 millones (cuatro veces su valor estimado) con 280.000 espectadores conectados virtualmente a esta venta.

Los artistas vivos también pueden vender directamente al público sin necesidad de un agente. El público puede seguir la tendencia de obras de arte, enviar un mensaje al artista en privado y comprar en menos de un minuto. Aunque estas obras son generalmente de valores bajos, esta capacidad de comercio online expande enormemente la accesibilidad del mercado del arte. Además, las ferias de arte pueden aprovechar las plataformas de las redes sociales, habilitando experiencias y oportunidades de compra sin limitaciones geográficas.

Importante crecimiento de ventas digitales de arte

La investigación realizada por Hiscox durante el confinamiento revela una sensación de optimismo sobre las ventas digitales de arte: “la mayoría (80%) de las plataformas de arte online esperan que las ventas aumenten en los próximos 12 meses y el 65% confía en que el impacto de la pandemia (en el mercado online) sea permanente y transformador”.

Durante el primer semestre de 2020, las ventas de Christie’s, Sotheby’s y Phillips generaron 333 millones de euros, esto supone un crecimiento del 436% respecto al mismo periodo de 2019.

Los cambios que el 2020 ha forzado a poner en práctica pueden aportar más resiliencia al mercado del arte, adaptando los métodos y ampliando el público para crear oportunidades de crecimiento dentro de métodos menos tradicionales, como las compras directas con artistas, ventas en línea y ferias de arte.

La Covid-19 ha actuado como un impulso de la compra online: ha aumentado la frecuencia de visitas a las plataformas de venta, el número de obras compradas y el gasto medio de los coleccionistas.

Mercado asegurador

Cierre temporal de museos
Cierre temporal de museos

A pesar de los meses de paralización de la actividad de los museos, que obligaron a posponer y cancelar exposiciones y a las restricciones a la movilidad que han alterado el calendario expositivo y de trabajo de museos y transportistas de arte, el 2020 ha terminado con una sensación de estabilidad que esperamos se mantenga a lo largo del 2021.

Tras los meses de verano, la actividad expositiva ha ido recuperando su ritmo habitual, aunque no se están celebrando todas las exposiciones previstas antes de la pandemia.

Son muchos los museos que han arriesgado y que, a pesar de la situación de incertidumbre de los últimos meses, han organizado grandes exposiciones con préstamos internacionales y nacionales de obras, mientras que otros, han continuado trabajando para poder celebrar exposiciones desde los primeros meses del 2021. El esfuerzo que supone habitualmente organizar una exposición, que requiere coordinación con transportistas y museos de todo el mundo, se ha duplicado para quienes se han lanzado a trabajar en estas condiciones, encontrándose con distintas restricciones impuestas por los gobiernos y arriesgándose a un cierre de la propia sede de la exposición si la situación empeoraba.

A excepción de la ola de robos a museos durante el cierre de las salas en el confinamiento, la siniestralidad ha continuado estable y ha permitido durante el 2020 que las compañías mantuvieran sus criterios de suscripción. No obstante, se empieza a apreciar un endurecimiento de estas políticas, más restrictivas, con limitación de capacidad, con incrementos de tasas e incluso pérdida de apetito, equiparando la línea de arte poco a poco con otras líneas de negocio del sector que ya comenzaron a sufrir este endurecimiento en el último trimestre del año pasado.

Riesgos cibernéticos en el proceso de reinvención de museos

La preocupación del mercado actualmente se centra en las coberturas ofrecidas en la cancelación de exposiciones limitando su garantía a la aplicación de exclusiones por la Covid-19; y los daños cibernéticos dado que trabajamos con datos muy sensibles en entornos cada vez más virtuales, existiendo una variable constante: el riesgo de sufrir un hackeo o una filtración de datos, con las consecuentes sanciones administrativas, las reclamaciones de terceros y el daño reputacional.

Después de décadas de progreso sin prisa, el mercado del arte está evolucionando ahora a un ritmo exponencial y puede estar marcando el comienzo de un nuevo mundo de datos, transparencia y eficiencia, lo que podría hacerlo incluso más atractivo que antes.

Especialistas que han colaborado en este artículo: Eva Jiménez Mora y Ana Isabel Villa.

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