Aumento del riesgo de los incendios forestales
Entre los muchos efectos del cambio climático, uno de los más dramáticos es el rápido aumento de los incendios forestales. Los incendios forestales han dejado de ser una amenaza estacional para convertirse en un peligro durante todo el año en muchas zonas. Varios incendios forestales graves ya han tenido lugar este año, mucho antes del período habitual de mayor incidencia de este fenómeno.
Steve Bowen, meteorólogo, managing director y head of Catastrophe Insight de Aon, explica que los riesgos de incendios forestales de este año no se limitan a una única región de EE.UU. «Los incendios forestales han sido bastante activos desde el Suroeste hasta las Grandes Llanuras y partes del Sureste, incluyendo Florida. Y eso es preocupante, ya que aún no hemos entrado en la temporada de mayor incidencia en California, que suele empezar en verano y se prolonga hasta el otoño.»
Incendios forestales en el mundo y en España
El reciente aumento de los incendios forestales no es exclusivo de EE.UU.: las prolongadas condiciones de sequía de los últimos 15 años han provocado también numerosos y graves incendios forestales en Canadá. El año pasado, grandes zonas de Europa, incluidos los Balcanes, Italia y el sureste del Mediterráneo, se vieron afectadas por incendios forestales que batieron récords.
En España particularmente y en lo que llevamos de verano ha habido hasta 36 focos de incendios activos simultáneamente y más de 1000 personas y 100 medios aéreos trabajando en primera línea. Este verano del 2022 es ya considerado el peor en términos de incendio en la última década que se ha visto acrecentado por unas condiciones meteorológicas muy complejas.
Este aumento del riesgo y el impacto de los incendios forestales en todo el mundo y a lo largo del año implica que los sectores público y privado tendrán que tomar decisiones, bien fundamentadas, sobre la protección y la mitigación. Si bien España, en este punto y a pesar del verano que estamos viviendo, se ha erigido como un referente no solo en Europa sino a nivel Mundial en lo que a prevención y lucha contra incendios se refiere.
Informe anual 2021: Tiempo, Clima y Catástrofe
El informe 2021 Weather, Climate and Catastrophe Insight de Aon señala que, antes de 2015, a nivel mundial, sólo hubo cuatro años en los que las pérdidas aseguradas totales relacionadas con los incendios forestales superaron los 2.000 millones de dólares. Esto ha cambiado drásticamente: el año 2021 fue el séptimo año consecutivo en que las pérdidas por incendios forestales asegurados superaron esa cifra.
Entre los incendios más destructivos de 2021, los incendios Dixie y Caldor en California causaron más de 2.000 millones de dólares en pérdidas aseguradas combinadas. El incendio Marshall de diciembre de 2021 en Colorado, el más dañino de la historia de este estado, causó más de 2.000 millones de dólares en pérdidas aseguradas.
El calor extremo también provocó numerosos incendios en la Columbia Británica (Canadá) en 2021, mientras que las altas temperaturas y la sequía contribuyeron a los incendios en zonas de la región mediterránea, Siberia y Australia.
Si bien a nivel mundial muchas regiones son cada vez más propensas a los incendios forestales, California continúa destacando por su alto riesgo. Este estado ha experimentado miles de millones en pérdidas por incendios forestales en los últimos años, y muchos de los desastres más costosos ocurrieron a partir de 2015.
Cambio climático e incendios forestales
«El impacto del cambio climático en el peligro de incendios forestales es algo sobre lo que tenemos un alto nivel de certeza», afirma Bowen. «Los cambios en el comportamiento de los incendios ya se están viendo en la actualidad, y van a ser más pronunciados en el futuro.»
Dicho lo anterior y si bien el cambio climático afecta todas las regiones, Ignacio Gracia – Presidente de ATAIRE, comentaba en la última entrevista con Radio Capital y Aon España; que a pesar del verano en incendios que se está viviendo lo cierto es que España históricamente ha tenido situaciones muchas más complejas.
Hace 30/35 años se quemaban anualmente unas 500 mil hectáreas en España y en la última década y a pesar de lo vistoso de los incendios, no se queman más de 100 mil hectáreas precisamente porque el número de incendios ha descendido a una quinta parte de los habidos hace unas décadas y de los 7 u 8 mil que se tienen cada año, más del 95% quedan en conato y muy pocos se hacen grandes incendios.
El riesgo de incendios forestales se extiende
A medida que el clima cambia, el peligro de los incendios forestales se extiende a zonas que antes no se consideraban de riesgo. En EE.UU., un análisis reciente mostró que uno de cada seis estadounidenses está actualmente expuesto al riesgo de incendios forestales. Dentro de 30 años, el porcentaje crecerá hasta el 21%, y casi la mitad de las personas expuestas a los incendios forestales vivirán en el Sur de EE.UU.
Una combinación de condiciones secas y un evento de viento importante, junto con una fuente de ignición, pueden provocar un incendio importante en cualquier zona. «Si hay una mayor influencia del clima en el comportamiento meteorológico, podría haber condiciones que podrían resultar en grandes incendios fuera del Oeste de EE.UU.», advierte Bowen.
En España y contrariamente a lo que se piensa, la masa forestal ha aumentado entorno a un 30% más que hace 40 años. La Naturaleza Salvaje y espectacular con la que contamos también supone un difícil acceso a los medios en caso de Incendios generando muchas veces “ratoneras” que terminan de forma fatídica. El abandono de cultivos y esa España “despoblada” de que muchas veces se habla, provoca que haya cada más monte y resulta muchas veces complicado mantener todas esta zonas en condiciones óptima de limpieza por falta de medios.
Una amenaza a distancia
Los incendios forestales también pueden repercutir en las empresas y los particulares que se encuentran lejos de los incendios. Por ejemplo, el humo que viaja grandes distancias puede crear problemas de salud en otras zonas. Las interrupciones del negocio y los daños causados por los incendios forestales también pueden provocar interrupciones de la cadena de suministro para las empresas de otros lugares.
«Estoy seguro de que todos recordamos días en los que el cielo estaba realmente brumoso o en los que olía a humo. Y luego resultó que era debido a un incendio que estaba a miles de kilómetros», señala Bowen. «Esto tiene un impacto real en la salud general del día a día, y especialmente en los más vulnerables»
Planificación para reducir las pérdidas
Unas consideraciones de construcción cuidadosas, la acción gubernamental y unas prácticas forestales seguras pueden ayudar a reducir los daños potenciales de los incendios forestales.
Los materiales resistentes al fuego pueden evitar que un edificio arda o ralentizar la velocidad a la que arde, dando a los bomberos más tiempo para llegar al lugar.
Mantener los arbustos o matorrales alejados de los edificios puede eliminar una fuente de combustible para el incendio, y dejar más distancia entre los edificios puede dificultar la propagación de los incendios por las brasas que vuelan de tejado a tejado.
El desarrollo y la aplicación de códigos de construcción destinados a abordar los riesgos de incendios forestales también pueden reducir la amenaza para la vida y la propiedad.
Las mejoras en las infraestructuras, por ejemplo, más carreteras para que los proveedores de servicios de emergencia entren en la zona afectada por el incendio y más vías de evacuación para los residentes, también pueden ofrecer una ayuda fundamental. Y los esfuerzos de gestión forestal, como las quemas prescritas y despejar el área de matorrales, pueden eliminar el combustible potencial para los incendios forestales.
Pero la coordinación entre los medios de lucha contra incendios y las autoridades también resulta fundamental al momento de evitar mayores pérdidas. En un incendio de grandes dimensiones participan las autoridades, policía, bomberos, medios aéreos, drones etc y la coordinación y optimización de los medios resulta crucial. En España se ha evolucionado de forma muy positiva esta coordinación y se han establecido protocolos de actuación tal como el hecho de en ningún incendio puede haber más de 3 aeronaves operando simultáneamente sino hay una de coordinación entre ellas.
Cómo puede ayudar la tecnología
Aunque la tecnología no puede predecir el lugar de ignición de un incendio forestal, las herramientas de pronóstico pueden determinar dónde se dan las condiciones adecuadas para que se produzcan los incendios, la rapidez con la que podrían crecer y hacia dónde podrían propagarse.
«Lo que pronosticamos no es necesariamente los lugares específicos donde esperamos que haya un incendio», explica Bowen. «Básicamente, destacamos las zonas en las que las condiciones son más favorables para que los incendios se propaguen rápidamente en caso de que se produzcan.»
Pronosticar la velocidad y la dirección de un incendio se ha convertido en un reto, ya que el comportamiento de los incendios forestales ha cambiado. Ahora, algunos incendios son lo suficientemente calientes como para crear sus propios patrones meteorológicos.
«Cuando eso ocurre, se pueden producir incendios que cambian rápidamente dentro de ese entorno y que pueden ser diferentes de lo que se espera», continúa Bowen. «Por lo tanto, es extremadamente difícil determinar con precisión dónde va a ocurrir un incendio, pero podemos ayudar a las personas a tener una mejor idea de qué días pueden ser de mayor riesgo que otros.»
Desde ATAIRE consideran fundamental aplicar la tecnología para depurar el sistema y ayudar en la prevención y predicción de incendios. En este sentido el “big data”, cuando se recibe y cómo se gestiona esa información es el gran reto. Un incendio puede producir sus propias condiciones climatológicas y disponer de esa información meteorológica de forma inmediata es la diferencia entre saber donde esperar el “fuego” o estar atacando un flanco que posiblemente termine apagándose solo.
Un desafío colectivo
A medida que los incendios forestales son cada vez más frecuentes y más intensos, amenazan el bienestar individual, así como las operaciones interconectadas del mundo empresarial.
«El hecho de que un acontecimiento no te afecte directamente en el lugar donde vives, no significa que no te vaya a afectar de alguna manera», argumenta Bowen. «Ya sea nuestra salud, el impacto en la cadena de suministro global, el aumento de los costes en la tienda, etc., de alguna manera todos nos vemos afectados por estas catástrofes que cada vez tienen un impacto mayor, independientemente de dónde se produzcan»
Y como comentábamos al inicio de este artículo, en este Desafío Colectivo, España es un referente que exporta su “know-how” al resto de países de Europa y Latinoamérica.
Las empresas españolas han salido no solo a prestar estos servicios a otros países, sino que también exportan el conocimiento, la profesionalidad, equipamiento, prevención e instrumentación y normativa que se ha ido desarrollando en los últimos años en busca de ese “riesgo 0” sin perder el hecho de que hablamos de una actividad de riesgo.