Visión general: comprender las tendencias que transformarán los negocios
Para las empresas, es fácil dejar que lo que está afectando a sus organizaciones en este momento entorpezca las perspectivas de futuro. De hecho es lo que está ocurriendo ahora durante una crisis tan grande como la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19), cuando simplemente tratar de mantener el negocio en funcionamiento puede ocupar gran parte de las agendas de los líderes empresariales.
Pero la crisis actual le ha enseñado a la comunidad empresarial una lección valiosa: que necesita estar más preparada para cualquiera que sea la próxima crisis “long tail”. Y eso significa mantenerse informado sobre los factores que podrían influir en las decisiones a tomar largo plazo sobre los mercados y las ofertas de productos.
La normalidad tal y como la conocíamos no va a volver, y las tendencias que darán forma al futuro, y a los negocios, ya están en marcha.
“Las oportunidades a corto plazo son un obstáculo común para reconocer las tendencias que marcan el futuro”, dice Bryon Ehrhart, director global de crecimiento y desarrollo estratégico de Aon. “Crear negocio de valor duradero conduce a la disciplina de cambiar la mentalidad. De pasar de pensar de aquí a tres días a pensar a tres años”.
Comprender las tendencias que transformarán los negocios es clave para prepararnos para no solo seguir siendo viables en el futuro, sino también para maximizar las oportunidades que se avecinan.
Los 10 factores definitivos que transformarán los negocios
La capacidad de filtrar la gran cantidad de datos e información que hay y posteriormente analizarla e interpretarla para tomar una decisión, es clave para comprender los riesgos y oportunidades futuros.
Hablando en Aon Insights Series London, Ehrhart destaca 10 factores que tendrán mayor impacto: demografía, urbanización, dependencia tecnológica, propiedad intelectual (IP), digitalización, cambio climático, reajuste energético, infraestructura, inversores de fondos de jubilación y conducción autónoma.
Analizar los efectos potenciales de estas tendencias puede ayudar a la realización de un plan de negocio para el futuro.
Observando las macrotendencias
1. Demografía
El factor clave en la demografía no es solo cómo va a crecer la población mundial, sino dónde estará la mayor parte de esa población.
“Para el 2100, África tendrá una de las poblaciones más grandes del mundo”, indica Ehrhart. Según datos recogidos por la ONU, en 2020 Asia ya cuenta con una población de 3.700 millones, mientras que la población de África es de 814 millones.
Pero, debido a las diferencias en las tasas de natalidad, hacia el año 2050 la población de África habrá crecido hasta casi 2.500 millones frente a 5.300 millones en Asia, y para el año 2100 habrá 4.400 millones de personas en África frente a 4.900 millones en Asia.
“Es fácil decir: ‘Bueno, hoy obtenemos la mayor parte de nuestras ganancias en América del Norte, algunas en Europa Occidental’”, dice Ehrhart. “Pero ese no es el mundo en el que tendrás que triunfar en los próximos 20 a 50 años. Vas a tener que hacer inversiones innovadoras en mercados que van a crecer mientras que los demás se reducen».
2. Urbanización
El aumento de la urbanización es otra tendencia mundial a tener en cuenta. Actualmente en 2020 el 55% de la población mundial vive en ciudades, esa cifra alcanzará el 67% en el año 2100.
Aunque las previsiones indican que las cinco ciudades más grandes en 2030 serán Tokio, Delhi (India), Shanghai, Mumbai (India) y Beijing, para el año 2050 la lista es probable que la encabecen Lagos, (Nigeria), Kinshasa (Congo), Dar es Salaam (Tanzania), Mumbai y Delhi (India).
Con ese aumento en la urbanización, habrá problemas emergentes que deberán abordarse, como la gestión de desechos y los brotes de enfermedades.
3. Dependencia de la tecnología
Los avances tecnológicos, el aumento de datos y el poder analítico crean oportunidades ilimitadas para los negocios, pero también presentan riesgos en torno a la seguridad cibernética y la privacidad de los datos.
Los delitos cibernéticos cuestan actualmente a las empresas unos $600 mil millones al año. En los próximos cinco años, se estima que los costes ascenderán a billones.
Una investigación de Pentland Analytics desvela que durante los últimos cinco años, la visión del mercado sobre los delitos cibernéticos ha evolucionado de «mala suerte» a «mala gestión», con consecuencias reales para los accionistas.
«A medida que aumenta el riesgo, los consumidores comenzarán a exigir transparencia sobre cómo las organizaciones administran la seguridad y la privacidad de los datos, tal como lo estamos viendo con la diversidad y las prácticas ambientales», dice Stephanie Snyder, líder de estrategia comercial de Cyber Solutions de Aon. «Las organizaciones con un enfoque de resiliencia cibernética saludable lo tratan como un proceso circular continuo, no lineal».
4. Propiedad intelectual
Desde que la tecnología de la información despegó en la década de 1980, el valor de los activos intangibles se ha disparado, apunta Ehrhart. El valor actual de los activos intangibles estadounidenses es de $20 billones a $25 billones, aproximadamente el 85% del valor total del S&P 500. Este rápido aumento en el valor conlleva un mayor riesgo. También, brinda nuevas oportunidades para aprovechar este valor, como monetizar la propiedad intelectual o acceder a alternativas de endeudamiento basadas en la propiedad intelectual para ayudar en los esfuerzos de financiación.
“El riesgo de propiedad intelectual ya no solo es cuestión de poder ser demandado por infracción”, dice Brian Hinman, director comercial de Intellectual Property Solutions en Aon. «Se trata de identificar cuáles son los activos que producen valor de una empresa en particular y comprender las diversas amenazas a las que se enfrentan».
5. Digitalización
El aumento de la digitalización implica la conservación de datos, velocidades de procesamiento más rápidas, el aumento de la inteligencia artificial y una serie de nuevas oportunidades que podrían generar miles de millones de dólares en ingresos y representar billones de dólares en valor.
“Nos hemos acostumbrado a un acceso amplio a ‘datos fríos’ (“cold data” en inglés) que representan un punto en el tiempo, como los datos de nuestra cuenta bancaria”, dice Ehrhart. “Ahora, la disponibilidad de ‘datos calientes’ – información especializada en tiempo real y alta frecuencia – está creciendo. Ese cambio requerirá hardware que pueda ofrecer ese tipo de experiencia, como chips realmente rápidos».
6. Cambio climático
El cambio climático está causando tormentas más severas y con mayor frecuencia, mayores amenazas de inundaciones en las áreas costeras y el empeoramiento de los incendios forestales, entre otros impactos.
Dado que el carbono, los plásticos y otros contaminantes juegan un papel en el cambio climático, habrá aún más preguntas sobre quién paga por los daños y por qué, dice Ehrhart. También habrá oportunidades para las empresas que ayuden a encontrar soluciones a los impactos del cambio climático y a reducir su aumento.
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7. El reajuste energético
La independencia energética de Estados Unidos – combinada con una creciente dependencia de fuentes de energía renovable – ha movido esta tendencia hacia arriba en la lista, dice Ehrhart.
El impacto de la revisión de una infraestructura de suministro de energía es significativo para algunas de las economías del mundo. Las fuentes de energía basadas en carbono se están retirando lenta y costosamente, dice, mientras que las fuentes de energía renovables se están diseñando y adquiriendo costosamente. El cronograma de la transición es largo. Y la fiabilidad de las nuevas fuentes de energía debe ser segura.
“La inversión en la transición energética es significativa y se está acelerando; sin embargo, se están desarrollando muchos frentes, también muchas diferencias políticas e ideológicas en el enfoque”, dice Euan Nicolson, director comercial de negocio del sector Energía en Aon. “El desarrollo de la energía eólica marina y el hidrógeno son dos de los principales candidatos y un componente clave dentro de los planes de muchas empresas energéticas. Hay riesgos nuevos y emergentes que brindan una oportunidad significativa para la innovación en el mercado de seguros”.
8. Inversión en infraestructura
La infraestructura del mundo necesita una inversión entre un rango de $40 billones a $60 billones. Es una gran suma como para que los gobiernos la aborden solos, especialmente cuando están lidiando con la creciente magnitud y gravedad de las consecuencias de las crisis actuales.
“Cuando las necesidades de inversión en infraestructura superan la capacidad del sector público para financiarlas, las asociaciones público-privadas están llenando cada vez más el vacío”, dice Joe Monaghan, director de Asociación del Sector Público de Aon. “Estas asociaciones ayudan a los gobiernos a eliminar los riesgos. Los beneficios son reales: alejar el riesgo de crédito de los contribuyentes, mejorar la gestión de riesgos de las agencias gubernamentales y aumentar la sostenibilidad de los objetivos de las políticas gubernamentales «.
Un ejemplo: en 2019, el gobierno de EE.UU. formó la International Development Finance Corporation de EE.UU. para movilizar capital y capacidades del sector privado hacia países menos desarrollados y abordar necesidades como la infraestructura. En octubre de 2020, el grupo estableció su hoja de ruta para 2025: invertir directamente $25 mil millones y generar otros $50 mil millones en capital privado para servir a 30 millones de personas en países en desarrollo.
Otro ejemplo es la Iniciativa Belt and Road del gobierno chino, el mayor fondo de infraestructura con más de $1 billion.
9. Inversores en fondos de jubilación
Las inversiones en fondos de pensiones están remodelando la asignación de capital en todas las industrias del mundo.
“Durante la última década, los inversores en fondos de jubilación han reducido en gran medida el coste de capital para asumir riesgos”, dice Ehrhart. «Los cálculos necesarios para las pensiones ha revolucionado los cálculos necesarios del coste económico del capital, un impulso refrescante para los negocios».
Si bien las empresas estadounidenses están altamente apalancadas, hay una gran cantidad de fuentes de capital alternativo en áreas como seguros, deuda corporativa, hipotecas, infraestructura, deuda pública y crédito comercial.
10. Conducción autónoma
Es probable que la conducción autónoma sea muy popular, si es segura. La llegada de la conducción automatizada es un claro ejemplo de que las tendencias avanzan hacia la automatización a medida que la tecnología, las comunicaciones y el Internet de las cosas continúan avanzando.
El seguro de automóvil actual tendrá que adaptarse para abordar este riesgo cambiante y las preguntas sobre en quién debe residir la responsabilidad por accidentes relacionados con fallos de los sistemas de conducción automatizada.
“El crecimiento de la conducción automatizada cambiará todas las industrias que dependen de los automóviles y camiones para la cadena de suministro, la entrega y el transporte personal”, dice Jillian Slyfield, directora general de Práctica de Economía Digital en Aon. “Los vehículos autónomos ya están funcionando en industrias como la minería, el ejército y la agricultura, y varias empresas han anunciado recientemente planes de expansión para utilizar camiones autónomos para el transporte de mercancías. La entrega de paquetes de «última milla»* y las rutas cerradas para los autobuses autónomos probablemente serán nuestra incursión inmediata en un futuro autónomo. El camino hacia este futuro requerirá una infraestructura suficiente, una legislación reflexiva y la confianza del consumidor «.
*La ‘última milla’ o distribución capilar es una gestión de transporte de paquetería centrado en el último trayecto que ha de realizarse en la entrega final. Es decir, suele corresponder al trayecto que se hace una vez se han agrupado una serie de paquetes y que luego se distribuyen en la ciudad o pueblo. (Extraído de la web de Alerce Group)
Comprender las tendencias para tomar las decisiones correctas
Las tendencias que cambiarán el mundo deberían arrojar luz sobre las decisiones que las compañías toman hoy sobre su futuro.
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«Al pensar en el negocio, hay valor para el accionista a corto plazo y valor para el accionista a largo plazo«, dice Ehrhart. “¿Dónde estará su negocio en el año 2100? ¿Cómo llegarás? En eso deben pensar las empresas. En no olvidarse del largo plazo».
Para saber más de Bryon Ehrhart sobre las macrotendencias, accede a la serie virtual Aon Insights de 2020.