Mientras los gobiernos y los bancos centrales luchan por controlar la inflación, las empresas también tienen que hacer frente a su impacto.
La actual crisis inflacionaria es un fenómeno mundial, derivado en parte de los cambios en la demanda de bienes y servicios como consecuencia de la pandemia de COVID-19, las interrupciones en la cadena de suministro y el conflicto entre Rusia y Ucrania. A finales de la primavera, la inflación había alcanzado máximos de 40 años en EE.UU. y Reino Unido. En la eurozona, el aumento de los precios ha alcanzado sus niveles más altos desde 1999.
El nuevo informe «La inflación está influyendo en la gestión del riesgo empresarial – Tomando medidas para mitigar su impacto» muestra que el nivel actual de inflación mundial ha introducido nuevas fuentes de volatilidad en las operaciones y los programas de gestión de riesgos de las organizaciones. Un amplio rango de condiciones subyacentes, exacerbadas por la pandemia, también contribuyen al actual entorno inflacionario, planteando retos complejos a los sectores.
«Claramente, nos encontramos en un entorno de inflación alta durante varios años», declara Tapan Datta, Global Asset Allocation Partner en Aon. «Las empresas se enfrentan a intensas presiones de costes: tanto los costes laborales como los no laborales han aumentado rápidamente. La subida de los tipos de interés también está debilitando la actividad económica, lo que dificulta que las empresas de la mayoría de los sectores puedan repercutir el aumento de los costes en los clientes. Las empresas deben dar la máxima prioridad a la eficiencia de costes, al tiempo que se aseguran de seguir siendo competitivas en sus respectivos sectores, para mantenerse rentables.»
Impacto de la inflación: análisis de tres sectores
El impacto de la inflación afecta a todos los sectores empresariales. El análisis de tres sectores (alimentación, agricultura y bebidas; recursos naturales; y transporte y logística) pone de manifiesto algunas de las fuentes de inflación y las implicaciones para las empresas, así como algunas de las estrategias para hacer frente a esta tendencia creciente.
Alimentación: la pandemia, las cadenas de suministro, el clima y la mano de obra contribuyen a la inflación
La inflación del sector de la alimentación, la agricultura y las bebidas (FAB) pasó del 2,2% en 2021 al 7% a principios de 2022, el mayor aumento desde 1981. A esta tasa de inflación contribuyen el clima adverso, la escasez de mano de obra, la inestabilidad política, el aumento de los costes de insumos críticos como los fertilizantes y el combustible, y las interrupciones de la cadena de suministro.
Aunque los riesgos de la cadena de suministro son un peligro importante en muchas industrias, el problema es especialmente grave en el sector FAB, en el que los productos suelen depender de la combinación de diversos ingredientes, y un retraso en la entrega de cualquiera de ellos puede tener resultados desastrosos para el negocio. El actual conflicto en Ucrania también tendrá un impacto importante y duradero en este sector y en el suministro mundial de alimentos.
Al igual que en otros sectores, los problemas de suministro, y por tanto de precios, a los que se enfrentan las empresas de FAB se ven agravados por la creciente amenaza de los ciberataques. Estos ataques pueden perturbar la producción, causar interrupciones del negocio e interferir en las cadenas de suministro. Un informe de Aon reveló que casi ocho de cada diez líderes del sector FAB clasificaron el ciberriesgo como una de las cinco principales amenazas para su negocio.
Para hacer frente a los riesgos asociados a la inflación, es esencial que las empresas del sector de la alimentación, la agricultura y las bebidas conozcan sus cadenas de suministro.
«Las empresas necesitan garantizar la resiliencia y la estabilidad de sus cadenas de suministro», afirma Tami Griffin, National Practice Leader de Food, Agribusiness & Beverage Industry Practice en Aon. «Deben contar con planes de contingencia para garantizar la continuidad de sus ingredientes, envases, logística y mano de obra. Es fundamental comprender no sólo las propias vulnerabilidades, sino las de los proveedores.»
Recursos naturales: la agitación política, las fluctuaciones monetarias y la pandemia impulsan la inflación
Los precios de los recursos naturales han aumentado drásticamente en todo el mundo. De marzo de 2021 a marzo de 2022, los precios del carbón subieron un 275%, el aluminio un 56%, el cobre un 13% y el coste del níquel un 163%. En el mismo periodo, los precios del crudo Brent aumentaron un 63% y el coste del gas natural se incrementó un 97%.
Persiste la incertidumbre a corto plazo en torno a los precios de la energía, sobre todo teniendo en cuenta el impacto del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Los esfuerzos de los bancos centrales de las economías avanzadas por endurecer las políticas monetarias para controlar la inflación probablemente ejercerán presión sobre los países de mercados emergentes, y los prestatarios en moneda extranjera y las empresas con exposiciones internacionales al riesgo en propiedades y equipos podrían verse afectados.
«Los precios de los metales han experimentado un aumento de la volatilidad en los últimos 12 meses, principalmente debido al aumento de la demanda de metales básicos y a la caída de la producción de acero en China», explica Daniel Ocampo, LATAM Natural Resources Industry Leader en Aon. «Según el Fondo Monetario Internacional, se espera que los precios caigan un 5% en 2022 a medida que se resuelvan los cuellos de botella en las cadenas de suministro. No obstante, con la reciente guerra en Ucrania, el panorama será aún más turbulento, ya que los precios de la energía y los alimentos se han disparado.»
Según Ocampo, los precios de algunas materias primas están a punto de aumentar aún más, al unirse una serie de factores para crear una «tormenta perfecta».
«La escasez de chips en los semiconductores ha repercutido en el sector de automóviles, que es un gran consumidor de metales básicos, incluido el acero», señala Ocampo. «El impulso de la transición energética hacia los vehículos eléctricos también ha provocado una mayor demanda de motores eléctricos, transformadores y cableado de cobre. La demanda de productos químicos se disparó durante la pandemia debido a la necesidad de equipos de protección personal, kits de pruebas y envases.»
Los problemas de transporte y logística se suman a la tendencia de la inflación
La escasez de contenedores y la falta de trabajadores portuarios y conductores fueron factores importantes en las interrupciones de la cadena de suministro y el aumento de los costes de transporte. El coste de los contenedores de transporte mundial aumentó de menos de 2.000 dólares a casi 11.000 dólares a finales de 2021, mientras que los costes de transporte marítimo subieron un 29% y los de transporte por camión un 18,3% a principios de este año.
Los retrasos en el transporte marítimo obligaron a algunas empresas a recurrir al transporte aéreo, pero el aumento del precio del combustible para aviones este año ha encarecido aún más esta opción. Las tarifas de transporte aéreo desde China hasta Europa aumentaron un 80% a principios de marzo, según Freightos, una plataforma de reserva de envíos de mercancías.
Los ataques de ransomware también amenazan al sector del transporte de mercancías, que depende en gran medida de las interacciones entre varios sistemas digitales diferentes.
Afrontar el riesgo de la inflación
Desde el punto de vista de la gestión de riesgos, la inflación puede aumentar los costes de los siniestros, lo que puede afectar a los precios de los seguros en un mercado de seguros comerciales ya de por sí difícil. En ese clima, las empresas pueden optar por retener más riesgo, pero deben ser cuidadosas al hacerlo y comprender las implicaciones de esas decisiones para la organización y sus partes interesadas. El análisis puede ser una herramienta valiosa para tomar esas decisiones de retención de riesgo.
Las empresas también deben reconocer el impacto de la inflación en el valor de las propiedades y equipos, así como las implicaciones de las fluctuaciones monetarias, para evitar el riesgo de estar infra asegurado.
Hasta que el ritmo de la inflación disminuya, las organizaciones que comprendan su impacto en el negocio y tomen medidas para abordarlo estarán mejor posicionadas para lidiar con la volatilidad relacionada con la inflación.