La España sumergible

No, este artículo no trata de descubrir los pueblos sumergidos bajo los pantanos y costas de nuestra geografía, sino de hacer emerger el principal riesgo de naturaleza catastrófica que nos afecta: la inundación, ya sea fluvial, costera o por causa de precipitaciones torrenciales o de deshielos.

Según el Consorcio de Compensación de Seguros (CSS) y el Instituto Geológico y Minero de España, el promedio anual de daños en España por inundaciones asciende a unos 800 millones de euros, de los cuales un promedio 130 millones de euros son indemnizados a los afectados por parte del CCS.

Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha analizado el riesgo de inundación en industrias e infraestructuras en España. Este organismo ha determinado que hay más 5.500 ocupadas por riesgos industriales e infraestructuras y que están bajo la amenaza de inundación. Este organismo facilita información sobre riesgos industriales e infraestructuras que tienen una alta probabilidad de verse afectadas por una inundación en un periodo de retorno de 10 años:

  • + 100 estaciones depuradoras de aguas residuales en zonas inundables, de las cuales 57 tienen riesgo muy grave, con más de un 50% de superficie inundable y calados superiores a los 70 cm;
  • +130 instalaciones industriales potencialmente peligrosas, de las que 42 tienen un riesgo muy grave;
  • + 800 km de infraestructuras de transporte
  • + 600 servicios básicos de agua, energía y otras infraestructuras

La confederación calcula además que el riesgo económico para las industrias e infraestructuras ubicadas en zonas inundables es de más de 21.000 millones de euros para un periodo de recurrencia alto de 10 años; de 59.000 millones de euros para un periodo de recurrencia medio de 100 años y de 88.000 millones de euros para un periodo de recurrencia bajo de 500 años.

Son muchos los factores que influyen en el riesgo de inundación, pero los últimos estudios científicos también señalan al cambio climático como un factor adicional que influye negativamente en el riesgo. La probabilidad de ocurrencia y la gravedad de que ocurran precipitaciones extremas es mayor, sin olvidar el efecto del calentamiento en los deshielos y aumento del nivel del mar. Por otro lado, los efectos de los periodos de sequía más prolongados impactan en la capacidad de absorción del terreno, aumentando los efectos de la inundación, así como la formación de lodos y/o deslizamientos del terreno.

Aunque las causas y consecuencias de las inundaciones dependen de cada geografía, todas las regiones europeas – y España no es una excepción – tienen que prepararse adecuadamente, analizando en detalle la exposición al riesgo y la vulnerabilidad de los activos frente a este fenómeno.

¿Estamos bien preparados?

Según el Parlamento Europeo, en los últimos 30 años se han producido en Europa inundaciones que dejan unas cifras devastadoras: 5,5 millones de personas afectadas, cerca de 3.000 muertes y más de 170.000 millones de euros en pérdidas económicas. La borrasca Boris de principios de septiembre vuelve a mostrar la cara más dura de este riesgo: 24 víctimas mortales, unas 60.000 personas afectadas y pérdidas económicas cercanas a 10.000 millones de euros.

Se considera que esta situación es, en gran parte, debida a la influencia del cambio climático y a la falta de preparación, por lo que solicita que se agilice en la tramitación de una nueva ley de adaptación al cambio climático, que se apliquen de forma rápida otras normativas como la Ley de Restauración de la Naturaleza o la nueva directiva sobre el suelo, así como que las administraciones actualicen los mapas de riesgo de inundación y que destinen los fondos necesarios para el mantenimiento de las infraestructuras y sistemas de mitigación de inundaciones, para la protección de la silvicultura y forestación y por supuesto, en concienciación ciudadana.

Fig. 1. Mapa de riesgo de inundación en Europa. Fuente: Flood Risk Areas Viewer.Comisión Europea. https://discomap.eea.europa.eu/floodsviewer/

Recomendaciones

  • El primer paso es obtener información actualizada sobre el riesgo de inundación en las instalaciones actuales o proyectadas. Los patrones de inundación cambian con el tiempo y la actividad humana por lo que es necesario hacer revisiones del riesgo con cierta frecuencia. Esta información se puede obtener de mapas de riesgo o información de zonas inundables por parte de las autoridades y/o de modelos comerciales de aseguradoras, brokers u otras entidades privadas y que en muchas ocasiones nos pueden facilitar eventos históricos, periodos de retorno e información sobre pérdidas potenciales.

    Fig. 2. Mapa de Riesgo de Inundación para la localidad de Corral de Almaguer (Toledo). Cortesía de Protección Civil Castilla-La Mancha. https://112.castillalamancha.es/sites/112.castillalamancha.es/files/documentos/pdf/20220221/to_corralalmaguer.pdf
  • Si la primera evaluación indica un riesgo medio-alto o superior, sería adecuado hacer una evaluación más exhaustiva del terreno donde están las instalaciones y del terreno colindante, ya que el riesgo de inundación varía en cuestión de metros, así como evaluar la vulnerabilidad de las instalaciones, cálculos de calado, etc. Los análisis permitirán tomas las medidas preventivas para mitigar los daños potenciales (por ejemplo, la elevación de las existencias en almacén o equipos críticos por encima de niveles de calado, plan de actuación/crisis para acceder a las instalaciones, etc.) o, en caso de nuevas instalaciones, hacer las modificaciones necesarias en el proyecto o incluso desplazarlo.
  • Identificar sistemas de alerta temprana como son pronósticos de tiempo, avisos de emergencia por parte de autoridades, etc. para preparar las instalaciones o poner a salvo las mercancías, los equipos y las personas. Esta actuación debe formar parte del plan de emergencia y exige que la plantilla esté entrenada en estos protocolos.
  • Identificar las interdependencias del negocio previamente a cualquier evento de inundación (por ejemplo, suministro de energía, agua, telecomunicaciones, infraestructuras de transporte, etc.) y tenerlas en consideración para adoptar medidas y/o incluirlas en los protocolos de actuación.
  • No incrementar el riesgo. Cualquier nueva infraestructura o modificación de las instalaciones podría alterar cómo responde el área a las inundaciones, por lo que es recomendable que estos proyectos no comprometan cauces, sistemas de drenaje, protección de inundaciones y/o que no trasladen o incrementen el riesgo al ecosistema local o a terceros.

Adaptación de la cobertura aseguradora

En España se cuenta con la cobertura del CCS, que cubre las pérdidas económicas por daños y lucro cesante derivada de un evento de naturaleza catastrófica como son las inundaciones. Es necesario revisar las sumas aseguradas de forma habitual para evitar la aplicación de regla proporcional por sobreseguro o infraseguro de este organismo en contratos a valor total.

Otras consideraciones en cuanto a los efectos de una inundación son los costes adicionales de restauración de terrenos, materiales afectados y barreras verdes, limpieza, remoción de restos y escombros o gastos previos a la inundación. Pero también hay que contar con otras eventualidades:

  • La pérdida de infraestructuras de transportes (por ejemplo, deslizamiento de terrenos que afecten a carreteras) pueden impedir el acceso a nuestras instalaciones. El protocolo de actuación en estos casos es vital para mitigar al máximo esta contingencia.
  • Las inundaciones pueden afectar a nuestra cadena de valor. En mayo de 2024, muchos fabricantes de automoción tuvieron que paralizar varias semanas la producción por falta de piezas con motivo de las inundaciones sufridas en el estado de Rio Grande do Sul y donde se concentra una buena parte de proveedores críticos. La revisión y adecuación de la cobertura aseguradora disponible para estas pérdidas contingentes junto con una revisión del riesgo de interrupción de la cadena de proveedores y clientes son necesarias para mitigar estos impactos.

Algunas de estas pérdidas no van a ser indemnizables por el seguro convencional, o quizá las aseguradoras no quieran proporcionar límite suficiente para estas contingencias. Para ello, es necesario combinar los seguros convencionales con fórmulas alternativas de transferencia como seguros paramétricos.

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  • Claudia Gómez, Head of Alternative Risk Transfer & Climate Solutions
  • Paula Romero, Head of Parametric Insurances
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