Uso de los productos químicos permanentes
Se utilizan en los utensilios de cocina antiadherentes, la ropa resistente al agua y los tejidos antimanchas. Están literalmente en todas partes y no desaparecen. Se les ha llamado «productos químicos permanentes».
El uso de las PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) y el PFOA (ácido perfluorooctanoico) se ha generalizado durante décadas.
Las sustancias químicas artificiales (utilizadas en espumas contra incendios, revestimientos metálicos antiadherentes para sartenes, envases de cartón para alimentos, cremas y productos cosméticos; textiles, pintura y fotografía, cromados, plaguicidas y productos farmacéuticos) no se descomponen fácilmente y se ha descubierto que han llegado al suelo, al agua y; también, a las personas de todo el mundo.
En un estudio realizado por la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. se encontraron PFAS en la sangre del 97 % de los estadounidenses.
Mientras tanto, en un estudio publicado a finales de abril se mencionó una relación entre la exposición a los productos químicos permanentes y el daño hepático.
«Son productos químicos que se utilizan en todo lo que es antiadherente, resistente al agua o en una plétora de otros productos que empleamos todos los días», declara Amanda Lyons, senior managing director de Soluciones de Reaseguro en Aon. «Y se adhieren a casi todo. Es un problema porque están relacionados con muchas enfermedades humanas graves, como el cáncer o la infertilidad».
La permanencia relativa de estos productos químicos, su ubicuidad y los efectos secundarios registrados suscitan una considerable preocupación por su impacto en el medioambiente y sus problemas de riesgo únicos para las organizaciones.
PFAS y el PFOA en el organismo
El problema en torno a las PFAS y el PFOA creció cuando se descubrió que estaban en áreas más allá de sus usos originales, como las aguas subterráneas. Cuando los productos químicos permanentes llegaron a los sistemas de agua, se abrieron paso en la cadena alimentaria.
«Una vez que eso ocurrió, el proceso fue imparable»; explica Lyons.
«Así que, si se pregunta dónde se encuentran los productos químicos permanentes, la respuesta es, literalmente, en todas partes. Es casi imposible encontrar un ser humano que no tenga estos productos químicos en su sistema».
Evaluación del riesgo de los productos químicos permanentes
Para las empresas, existen riesgos potenciales asociados a los productos químicos permanentes.
Lyons afirma que, actualmente, unas 6000 demandas relacionadas con productos químicos permanentes están abriéndose paso en los tribunales contra 200 empresas. Es probable que el volumen de litigios sobre los productos químicos permanentes crezca en los próximos años.
«En general, cuando los bufetes de las partes demandantes ven algo tan grande, tan amplio y tan extendido como esto, y cuando el número de demandantes potenciales es tan alto, acaban surgiendo más y más batallas al respecto».
Evaluar el riesgo de los productos químicos permanentes y su responsabilidad puede ser difícil, ya que están por todas partes. Una empresa de modelización de siniestros que utilice el análisis predictivo puede ayudar a las organizaciones a comprender sus posibles riesgos.
La modelización de las posibles responsabilidades por productos químicos permanentes también puede ayudar a las empresas que actualmente no pueden contratar un seguro para este riesgo a encontrar aseguradoras más dispuestas si pueden cuantificar la exposición.
«Nunca tendremos una visión cien por cien perfecta de cuál es el riesgo. No obstante, si se puede entender, teóricamente se puede calcular el precio», expresa Lyons.
Afrontar el riesgo mediante la innovación y la regulación
La limpieza de las PFAS y otros productos químicos permanentes presentes en el medioambiente es difícil. «Idear cómo los limpiamos es un trabajo muy complejo que está en progreso», expone Lyons. «¿Cómo se puede sacar algo de los peces de todos los arroyos del mundo?».
Hay margen para la innovación en el desarrollo de sustancias químicas mejores y más seguras para ofrecer los productos que los consumidores desean, ya sean sartenes antiadherentes, chaquetas impermeables o alfombras antimanchas. También es probable que haya una mayor regulación de los productos químicos permanentes en el futuro.
La Unión Europea estableció nuevas pautas para las PFAS en los alimentos en 2020. En EE. UU., el gobierno de Biden ha publicado su propia hoja de ruta para abordar las PFAS, que incluye el establecimiento de pautas para los niveles aceptables de algunas PFAS en el agua potable para marzo de 2023.
Estas normativas pueden tener sus propias implicaciones de responsabilidad para las empresas. «De hecho, Praedicat ha definido varios escenarios posibles de responsabilidad basados en diferentes respuestas reguladoras posibles», cuenta Lyons.
La concienciación aumenta la exposición al riesgo
La concienciación sobre los riesgos asociados a los productos químicos permanentes sigue creciendo. Esta concienciación, unida a tendencias como indemnizaciones y acuerdos cada vez mayores, aumentará la exposición potencial a la responsabilidad de muchas empresas.
«Las PFAS son un ejemplo de uno de los riesgos de siniestro emergentes cada vez más significativos que estamos viendo, y es evidente que el ritmo al que estos riesgos se están poniendo en el foco de atención se está acelerando», expone Lyons.
«La gente es cada vez más consciente de los productos que utiliza y los consumidores tienen ahora mayor voz. No obstante, estos riesgos están llegando y lo hacen a un ritmo más rápido».