Entrando en el año 2023, muchos de los riesgos y retos de 2022 persisten. Las organizaciones siguen afrontando los efectos de la pandemia de COVID-19, así como la incertidumbre económica mundial y los cambios en la fuerza laboral. Greg Case, CEO Global de Aon, examina los pasos que deben dar los líderes empresariales para hacer frente a la volatilidad actual y planificar el crecimiento y la resiliencia de las empresas.
En los últimos años, el mundo ha experimentado niveles crecientes de volatilidad, y una conciencia cada vez mayor de que los riesgos que antes se creían en el horizonte, como el cambio climático, la brecha de salud y riqueza y las ciberamenazas, ya están aquí, a nuestras puertas.
Recientemente, principales economistas del mundo se reunieron en Jackson Hole, Wyoming, para debatir sobre la extraordinaria volatilidad económica de los últimos años y sobre cómo es probable que persista durante muchos años. Un miembro del Consejo del Banco Central Europeo bautizó nuestro periodo actual como la «Gran Volatilidad», en contraste con lo que se ha conocido como la «Gran Moderación», un periodo definido por un crecimiento constante y una relativa estabilidad.
Ante este paradigma cambiante, la importancia de tomar mejores decisiones nunca ha sido mayor.
Lo que hemos escuchado de nuestros clientes y hemos visto a través de nuestra investigación es que la pandemia de COVID-19 ha cambiado para siempre la forma en que los líderes conciben la volatilidad y afrontan el riesgo. Por tanto, aunque todos tengamos que afrontar los retos que plantea esta era de «Gran Volatilidad», también habrá grandes oportunidades.
Recientemente hemos realizado nuestra tercera encuesta anual a 800 personas de la alta dirección en todo el mundo para determinar los riesgos que más les preocupan y lo preparadas que están para convertirlos en oportunidades.
Cuatro de cada cinco personas encuestadas esperan una recesión, pero sólo el 35% se sienten muy preparadas para afrontarla. Sabemos que unos líderes preparados son esenciales para proteger la resiliencia de una organización y encontrar oportunidades de crecimiento ante el aumento de la volatilidad. ¿Qué diferencia a los líderes que están muy preparados para una desaceleración económica? Y, lo que es igual de importante, ¿qué medidas pueden adoptar los líderes para tomar mejores decisiones que protejan y hagan crecer a sus organizaciones en este entorno?
Nuestra investigación reveló que aquellas personas que se consideran preparadas para superar estos retos comparten tres características fundamentales.
1. Asumir el riesgo supone un reto y una oportunidad.
Los datos muestran que los líderes más preparados hoy en día consideran que asumir riesgos es un motor de crecimiento. El 62% de las personas encuestadas coinciden en que el apetito de su empresa por afrontar riesgos ha aumentado en respuesta a las actuales condiciones macroeconómicas.
Esta era de «Gran Volatilidad» ha cambiado la forma en que los mejores líderes abordan el riesgo y comprenden la verdadera interconexión de los riesgos en la actualidad; de hecho, el 61% de los líderes coinciden en que los riesgos están interconectados. La mayoría de los ejecutivos y ejecutivas no ve la pandemia como un acontecimiento puntual, sino más bien como un catalizador que expuso una miríada de nuevos riesgos y reforzó su respuesta a la crisis como líderes. De hecho, la mayoría (73%) de los líderes mejor preparados cree firmemente que la pandemia les preparó para responder con rapidez a los riesgos interconectados emergentes, lo que les da una mayor confianza al entrar en una recesión.
2. Es fundamental desarrollar la resiliencia de la fuerza laboral y una sólida estrategia de talento.
La captación y retención del talento sigue siendo una de las principales prioridades y un reto para la dirección y altos ejecutivos y ejecutivas ante la amenaza de una recesión. La forma en que toman decisiones sobre el talento depende de su apetito por el riesgo. Nuestra investigación mostró que los líderes confiados están resistiendo el impulso de ralentizar la contratación o retrasar las inversiones a largo plazo. En comparación con otros menos preparados, casi el doble de los líderes muy preparados dedica una «gran cantidad» de tiempo a atraer y retener al mejor talento ejecutivo (42% frente al 22%). Estos líderes son conscientes de que es necesario contar con el mejor talento para construir una fuerza laboral resiliente para el futuro, independientemente de las condiciones del mercado.
Invertir en el bienestar de tu fuerza laboral es tan importante como contar con el personal adecuado. Por ello, en Aon creamos el puesto de Chief Wellbeing Officer en 2022, no sólo a fin de impulsar nuestras estrategias de bienestar y resiliencia de la fuerza laboral para los clientes, sino también a fin de centrarnos en los esfuerzos de bienestar para nuestros propios compañeros y compañeras. Nuestro estudio muestra que el 34% de los líderes preparados afirman que una mayor resiliencia interna de los niveles júnior/medio es útil para responder al aumento de la volatilidad, en comparación con el 28% de los demás líderes.
3. No frenar la inversión a largo plazo ni ignorar los riesgos a largo plazo.
Las empresas se enfrentan a una larga lista de riesgos a corto plazo, como la inflación y una posible recesión. Los mejores líderes están tomando medidas inmediatas para responder a la desaceleración económica, pero no están dejando que eso se interponga en el camino de la inversión para el crecimiento a largo plazo y la gestión de los riesgos a largo plazo.
La forma en que los líderes gestionan el riesgo del cambio climático es un buen ejemplo para ver dónde los mejor preparados están invirtiendo a largo plazo. Los que están muy preparados para la volatilidad económica miran hacia el futuro y dedican más tiempo relativo a los riesgos a más largo plazo, como el cambio climático.
La realidad es que el riesgo climático no es una probabilidad, sino una certeza, y las condiciones meteorológicas adversas están cada vez más presentes en la vida cotidiana. Es el máximo ejemplo de la interconectividad del riesgo. Los líderes más fuertes están analizando los retos que plantea el cambio climático más allá del cumplimiento de la normativa y la gestión de la reputación, y están ahondando en aquellos riesgos relacionados en los que el impacto es inmediato y medible: interrupción de negocio, escasez de materiales, problemas en la cadena de suministro y daños a la reputación. Estamos viendo que quienes invierten más tiempo y recursos en abordar este reto están mejor preparados(as).
Hay un camino importante y necesario que los líderes pueden seguir para prepararse para los retos que se avecinan en un futuro que, indudablemente, serás más complejo y arriesgado. Y pueden hacerlo de manera que creen mayores oportunidades para su organización y, en el caso del cambio climático, beneficien a la sociedad en su conjunto.
Para más información sobre las nuevas formas de volatilidad, visita aon.com.
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