En nuestro informe revelamos la capacidad de respuesta de las organizaciones a la pandemia de COVID-19, descubriendo las estrategias que está fomentando la resiliencia.
Con el telón de fondo de una pandemia global, las empresas que están poniendo a las personas en el centro consiguen prosperar. Al crear un ambiente de trabajo que proporciona seguridad, motivación y sentido de pertenencia, son más capaces de capear las “tormentas más feroces”. Son resilientes.
En marzo de 2020 encuestamos a compañías y empleados de toda Europa para comprender las expectativas, necesidades y el impacto de iniciativas de la salud y bienestar en sus personas.
En nuestro informe Resiliencia también revelamos la capacidad de respuesta de las organizaciones a la pandemia de COVID-19, descubriendo las estrategias que está fomentando la resiliencia.
Mientras que muchas organizaciones invierten en el bienestar de sus personas, pocas son resilientes, de hecho, tan solo el 30% de los empleados encuestados son resilientes de acuerdo con tres indicadores básicos: el sentido de seguridad, el sentido de pertenencia y la capacidad de los empleados para alcanzar su potencial. ¿Pero qué es ser una empresa resiliente?
La resiliencia en un entorno laboral significa que las personas pueden adaptarse mejor a situaciones adversas, gestionar el estrés y mantener la motivación, lo que permite a las organizaciones gestionar mejor el cambio.
No hay nada que las empresas necesiten más en este momento que la resiliencia de la fuerza de trabajo. Para lograrlo, las organizaciones deben reevaluar su enfoque de la salud y el bienestar de sus personas.
La investigación también indica que la resiliencia se triplica cuando las empresas implementan un programa integral de bienestar que respalda tanto las necesidades físicas, como las sociales, emocionales, financieras y profesionales. Solo el 15% de los empleados es resiliente dentro de organizaciones que no ofrecen iniciativas de bienestar, el 29% es resiliente si se ofrece algún tipo de programa de bienestar, y el 45% de los empleados lo es si trabaja para una empresa que ofrece un programa integral de bienestar.
El bienestar por sí solo no es suficiente. La resiliencia requiere de un liderazgo visionario, un diálogo continuo con sus personas y un programa completo de bienestar que responda a diversas necesidades. Los beneficios para los empleadores son claros, sólo el 30% de ellos están clasificados como resilientes, sin embargo, el 93% de los empleados resilientes dicen que permanecerían en su empresa, y el 86% de los empleados están completamente motivados en el trabajo. La resiliencia de la fuerza de trabajo debe ser una prioridad estratégica, ya que no solo es importante para sus personas, sino para desarrollar todo el potencial de su organización.
El impacto financiero del Covid-19 aún no se ha producido totalmente. Sin embargo, el impacto inmediato de los despidos, la suspensión de contratos o la reducción de horas de trabajo —reduciendo salarios — ha puesto el enfoque de forma especial en la inseguridad laboral y el bienestar financiero. Incluso antes de que la pandemia golpeara, las empresas mostraban un interés creciente en apoyar el bienestar financiero de sus empleados, y ahora hay una nueva e inesperada “fuente” de tensión financiera. Con el enfoque en la educación financiera básica y la formación para apoyar a los empleados en tiempos difíciles, ¿qué más pueden hacer las empresas para crear una fuerza de trabajo más resiliente financieramente para el futuro?
Cada vez menos personas tienen los ahorros que necesitan para hacer frente a imprevistos. La respuesta a la pandemia de Covid-19 puso de manifiesto que las personas no estaban preparadas para una pérdida repentina de ingresos, y aunque a corto plazo las compras compulsivas estaban a la orden del día, rápidamente se hizo evidente cómo grandes sectores de la población dependían de la ayuda gubernamental, así como de sus salarios mensuales.
Se recomienda tener ahorrado entre 3 y 6 veces el gasto mensual para hacer frente a “tiempos de incertidumbre”, sin embargo, para la mayoría es difícil de lograr debido a otros factores externos como la tasa de desempleo, personas dependientes a su cargo, enfermedades graves, etc.
“La mayoría de los países tienen los mismos problemas fundamentales con las finanzas personales; falta de ahorros y deudas. En primer lugar, las personas deben ser capaces de hacer frente a una emergencia financiera. La realidad en este momento es que los empleados dependen de que sus empresas tengan las disposiciones adecuadas en caso de que lo peor llegue”.
Debbie Falvey, Jefa de Pensiones, Health & Benefits, EMEA en Aon
Puedes leer más acerca del apoyo financiero en este artículo especial de Aon sobre Resiliencia
Cuando el salario y el desarrollo profesional han sido históricamente las prioridades de la mayoría de los candidatos, los trabajadores están eligiendo cada vez más trabajar para las empresas cuyos valores se alinean con los suyos personales. Esto se refleja en el estudio de 2020 de Aon Irlanda “Aon Ireland Employee Mindset study” que identifica los valores de las empresas como uno de los cinco principales diferenciadores para los empleados potenciales.
A pesar de que los factores tradicionales como un salario superior a la media, ofrecer un lugar divertido para trabajar, y ser un líder del mercado o innovador actualmente se encuentran en el ranking por encima de los valores compartidos, a medida que la Generación Z vaya ocupando mayor protagonismo en las empresas, este factor aumentará su importancia.
Crear una cultura del bienestar impacta en el negocio. Desde una perspectiva de gestión empresarial, es probable que una fuerza de trabajo sana y feliz sea más productiva, creativa, conectada y comprometida. En pocas palabras, invertir en bienestar reduce los impactos negativos tanto de los empleados ausentes como de aquellos que pasan demasiado tiempo en el trabajo debido a la inseguridad laboral.
A pesar de ser bombardeados con consejos sobre cómo llevar un estilo de vida más saludable, las mejores dietas, hacer ejercicio, la importancia del sueño y realizar ejercicios de relajación, adoptar un cambio de comportamiento que perdure en el tiempo es complicado.
“Cuando sientes que has ganado algo, lo valoras más. Lo importante es hacer que el acto de hacer algo y ser recompensado sea simple, intuitivo y alegre. De esta manera, la inversión que una empresa hace en los beneficios y el bienestar de sus personas se realiza de manera constante, a diario”.
Keith Bale, Jefe de Distribución de Yulife
Lea más sobre este el caso de Yulife en el artículo especial de Aon sobre Resiliencia.
Fomentar la resiliencia a través del bienestar integral es una forma completa que apoya al bienestar físico, social, emocional, profesional y financiero de sus personas.
Sin embargo, la inversión en salud y bienestar por sí sola no es suficiente: para ser una fuerza de trabajo verdaderamente resiliente, las personas deben sentirse seguras en el trabajo, capaces de alcanzar su potencial y tener un sentido de pertenencia dentro de su organización.
El informe Resiliencia 2020 de Aon puede ayudar a comprender el éxito de la estrategia de personas y que el enfoque para el bienestar vaya aumentando la resiliencia en los equipos. Puedes registrarte para acceder a la herramienta de autoevaluación de Resiliencia.
Para que puedas comprender las fortalezas y debilidades de tu propia estrategia de personas y crear una plataforma para el éxito, estamos creando una herramienta que evaluará tu enfoque organizativo para el bienestar y la resiliencia, y te mostrará dónde y cómo mejorar.
Nuestra herramienta de autoevaluación te proporcionará un perfil basado en tus respuestas y te dará recomendaciones clave para ayudarte a convertirte en una organización resiliente.
A raíz de la pandemia, nos enfrentamos a una inseguridad económica significativa. La demografía de nuestra fuerza de trabajo está cambiando, con el colectivo de más de 60 años que pasa del 12,3% de la población mundial al 16,4% para 2030 (ONS). En países desarrollados estamos sufriendo enfermedades crónicas no contagiosas– a medida que aumenta el PIB de los países, también lo hace la prevalencia de enfermedades no transmisibles como la diabetes tipo 2 y el cáncer (OMS). Y las nuevas fuentes de estrés, aislamiento e infelicidad han alimentado niveles crecientes de ansiedad (Scientific American, WEF).
El COVID-19 ha amplificado estas incertidumbres, haciendo de una amenaza invisible una realidad para personas de todo el mundo. Pero un negocio resiliente puede ser una fuente de seguridad y propósito durante estos tiempos, un lugar donde los empleados buscan protección y sentido de pertenencia. Las compañías están acostumbradas a invertir en paquetes de beneficios y seguros de salud como herramientas para atraer y retener el talento adecuado, pero en la actualidad, los empleados y la sociedad esperan una satisfacción de sus necesidades, en base a los 5 pilares del bienestar (Físico, emocional, social, financiero y profesional).
Descarga nuestro nuevo informe Resiliencia 2020 para escuchar las historias de organizaciones que están promoviendo la resiliencia de sus personas y conocer los datos que demuestran cómo una fuerza laboral resiliente está impulsando una nueva generación de lugares de trabajo.
“Una tormenta perfecta ha tomado forma, una combinación de volatilidad e incertidumbre que es difícil de manejar para las personas. La ambigüedad y dificultad para navegar por el mundo puede ser abrumadora. Puede ser una enorme fuente de estrés. Las organizaciones pueden ser un refugio seguro, un faro en la tormenta, donde las personas puedan apoyarse para superar tiempos difíciles”
Bas van der Tuyn – Manager for Propositions & Business Development, Aon
A continuación el webminar celebrado por Aon y la Asociación española de directores de recursos humanos (AEDRH) sobre cómo las personas resilientes crean organizaciones más prósperas.
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