La pandemia provocada por el coronavirus ha cambiado la vida de multitud de personas en todo el mundo. Este impacto afecta a todas las áreas: familiar, social, profesional, económica… Y, además, genera cambios en la percepción del futuro y en la conducta. Pero, ¿cómo puede afectar a nuestra salud emocional este conjunto de factores?
Riesgos psicológicos derivados del coronavirus
La abrumadora cantidad de información recibida con respecto a la pandemia representa una sobrecarga mental a la que se encuentra sometida la población. Y, a pesar de ella, no se logra mitigar cierta sensación de indefensión e incertidumbre. De ahí que el impacto psicológico sea no solo intenso, sino prolongado. El resultado es que, según algunos estudios recientes, uno de cada cinco españoles sufre estrés postraumático, insomnio, depresión, ansiedad o agorafobia.
Esto ha sido particularmente severo en las personas que, por su actividad laboral, están más expuestas al contagio, como sucede con los profesionales sanitarios. Los familiares de quienes han fallecido se ven aquejados por el duelo patológico, al no haber podido despedirse adecuadamente en muchos casos.
Otras personas muy afectadas son aquellas que se encuentran en condiciones de confinamiento poco tolerables, como por ejemplo quienes viven una situación de violencia en el hogar o conviven con personas dependientes o niños. Estos últimos tienen un riesgo psicológico particular, ya que pueden llegar a sentir una gran culpa por la posibilidad de contagiar a sus mayores. Mientras los padres sufren de agotamiento, al no poder descansar de las obligaciones domésticas.
Entre los riesgos para la salud mental derivados de estas situaciones se encuentran el aumento de la violencia doméstica y el incremento en el consumo de sustancias nocivas, como alcohol y tabaco. Las personas que padecen estas alteraciones psicológicas corren también el riesgo de enfermar físicamente, o de que esta alteración pasajera se convierta en un trastorno afectivo crónico.
Efectos en la salud mental de los trabajadores
Existen varios grupos de trabajadores particularmente expuestos al riesgo biológico del contagio, lo que los lleva además a sufrir alteraciones psicológicas con mayor frecuencia. Entre ellos están los profesionales sanitarios —especialmente médicos y enfermeros—, quienes trabajan en servicios funerarios, las fuerzas de orden público, los deportistas profesionales y los asistentes sociales.
El impacto psicológico en los trabajadores sanitarios
Se ha determinado que más del 50% de quienes trabajan en servicios sanitarios en la Comunidad de Madrid sufren estrés postraumático o síntomas depresivos. Además, el 80% de las personas de este grupo manifiesta síntomas de ansiedad y el 40% presenta síndrome de burn out, es decir, que están emocionalmente exhaustos a causa del trabajo. Una situación difícilmente reversible.
Estas alteraciones se presentan por las condiciones laborales a las que han estado sometidos durante la pandemia. Entre ellas destacan las fallas en la dotación de equipos de protección individual, las prolongadas jornadas de trabajo, la necesidad de cumplir medidas estrictas que demandan una concentración constante, la falta de contacto social y el miedo a sufrir estigmatización o a contagiar a algún familiar.
Teletrabajo y pandemia
Lejos de ser un bono de calidad de vida, el teletrabajo ha derivado en una situación más estresante que la actividad regular. Las fronteras entre lo doméstico y lo laboral se han desvanecido, y los trabajadores sometidos a este sistema padecen de una creciente ansiedad. Las consecuencias son el agotamiento, el insomnio y el estrés.
Esta situación se presenta por la imposibilidad de descansar, ya que la jornada se prolonga sin las pausas habituales y, muchas veces, el trabajo invade los fines de semana. Por otra parte, la convivencia forzada con el resto de la familia puede llevar a episodios de violencia física o psicológica.
Eso sin contar que, para muchos trabajadores, las dificultades técnicas y la necesidad de aprender a utilizar nuevas herramientas digitales resulta en un estrés adicional. El sedentarismo es otro factor que atenta contra la salud, pues la posibilidad de hacer ejercicio se ha visto reducida.
Apoyo psicológico para quienes retornan a sus trabajos
La pandemia por SARS-Cov-19 es una oportunidad para aprender a prevenir alteraciones psicológicas y proporcionar respuestas rápidas y eficaces. Quienes deben continuar trabajando necesitan de apoyo psicológico para superar sus miedos y preocupaciones. Para ello, las siguientes medidas son útiles.
Mantener un servicio de asistencia
Los trabajadores deben contar con esta ayuda en el momento en que la necesiten. Puede tratarse de un sistema de contacto telefónico, y es conveniente exhortar a todos a utilizarlo en cualquier situación problemática, lo que incluye el duelo no resuelto.
Crear un voluntariado
Las personas más afectadas dentro de la organización pueden recibir un importante apoyo de otros compañeros. Estos pueden ayudarles a superar sus dificultades, sean estas domésticas, familiares o laborales.
Comunicación
Es importante que todos los empleados tengan información clara acerca de las nuevas medidas o políticas de la empresa, así como de sus planes a futuro. Necesitan apoyo para la mejor gestión de los recursos disponibles y el control del impacto en los procesos.
A nivel individual
Es conveniente alentar a los trabajadores a llevar un estilo de vida lo más sano posible. Controlar el consumo de sustancias nocivas, hacer ejercicio, reservar un tiempo del día para relajarse y mantener una comunicación asertiva con sus familiares son algunas medidas útiles. Otro aspecto importante es evitar exponerse a la sobrecarga informativa.
En suma, la pandemia por coronavirus exige lo mejor de cada uno, y el cuidado psicológico, capaz de preservar la salud mental de los trabajadores, es fundamental para poder seguir aportando a la sociedad.