Mientras las temperaturas siguen subiendo y las catástrofes naturales aumentan en frecuencia y gravedad, las empresas de todo el mundo buscan nuevas formas de adaptarse al cambio climático. Para la industria alimentaria, agrícola y de bebidas, encontrar soluciones a las presiones medioambientales es una labor compleja y urgente.
Para satisfacer las necesidades de la creciente población del planeta, los productores de alimentos buscan formas de que su negocio sea sostenible y eficiente. «Muchas de nuestras instalaciones de producción y elaboración de alimentos están situadas en zonas sensibles al clima», declara Tami Griffin, National Practice leader of Food, Agribusiness and Beverage Industry Practice en Aon, y añade que estas instalaciones también se enfrentan al riesgo de olas de calor, huracanes y otras catástrofes naturales.
El sector tiene que compaginar la protección de sus trabajadores y sus operaciones diarias frente a las crecientes amenazas climáticas, pero también ampliar sus procesos para seguir el ritmo de la demanda. El número de personas que sufren inseguridad alimentaria está aumentando rápidamente, pasando de 135 millones en junio de 2020 a 345 millones en junio de 2022.
En profundidad
El cambio climático está planteando retos a todos los niveles de la industria alimentaria, agrícola y de bebidas. Trabajadores que viven en zonas afectadas por el cambio climático pueden ser incapaces de acudir a sus puestos de trabajo, o incluso perder sus casas o sus vidas, en caso de una gran catástrofe natural. En caso de crisis climática, las cadenas mundiales de suministro de alimentos pueden volverse inestables, sobre todo cuando se ven agravadas por restricciones comerciales o conflictos internacionales. Para que los líderes empresariales puedan responder a estas crisis, deben comprender los riesgos climáticos y cómo afrontarlos.
Las decisiones en torno al cambio climático también conllevan un elemento de riesgo empresarial, ya que la inacción o una planificación deficiente pueden acarrear importantes pérdidas financieras. Algunas estimaciones indican que las empresas de este sector podrían incurrir en unos 150.000 millones de dólares en pérdidas para los inversores si no adoptan prácticas respetuosas con el clima para 2030. «No hay mucho tiempo para pensar en esto porque todo está sucediendo muy, muy rápido, y es fundamental que haya una transición climática a tiempo», afirma Ciara Jackson, EMEA Food, Agribusiness and Beverage Practice Leader de AON.
Producción alimentaria bajo presión
Los agricultores y agricultoras de todo el mundo son especialmente vulnerables al cambio climático. Los cambios rápidos y sostenibles en las metodologías de producción podrían ayudar a la industria alimentaria, agrícola y de bebidas a mantener el ritmo.
La implantación de prácticas respetuosas con el clima al principio de la cadena de suministro y la exploración de nuevas asociaciones serán fundamentales para que el sector innove frente a las amenazas climáticas. El cambio empieza a nivel del cultivo y la producción agrícola, pero muchos agricultores y agricultoras carecen de recursos financieros para adoptar nuevas prácticas.
Griffin señala que las asociaciones estratégicas podrían ayudar a incentivar la sostenibilidad. «Estamos trabajando con las partes interesadas para permitir un cambio en las prácticas de producción o invertir en diferentes tecnologías y prácticas que ayuden a reducir sus emisiones», explica Griffin, e indica que el apoyo gubernamental también podría ayudar a los agricultores y agricultoras con financiación crítica.
Decisiones basadas en datos
Los datos pueden aportar información valiosa sobre cómo crear procesos más sostenibles en la producción de alimentos. «Pensemos en una planta procesadora de lácteos», sugiere Jackson. «En cuanto la leche llega a la planta, la miden. Tienen sistemas operativos, de calidad y comerciales establecidos a lo largo de todo el proceso de producción y venta. Tienen un enorme volumen de datos sobre el tipo y la calidad de los productos que producen.»
Aprovechar estos datos de proveedores y empresas alimentarias también podría servir para tomar mejores decisiones y elaborar modelos más precisos. «La mentalidad de las aseguradoras tiene que cambiar: de los grandes bancos de datos históricos validados, verificados y modelizados de una determinada manera, a los modelos predictivos centrados en el futuro y basados en escenarios que, por su propia naturaleza, contienen un cierto nivel de suposición«, argumenta Jackson. «¿Existe alguna forma de tomar los datos de la empresa, combinarlos con datos tanto propios como abiertos y utilizarlos para fundamentar una conversación sobre el riesgo? Es algo que queremos explorar».
Proteger un recurso crucial
Una de las consecuencias del cambio climático, la escasez de agua, también está afectando al sector, incluida la cadena de suministro. «El agua es probablemente una de las áreas a las que menos atención se presta», destaca Griffin, y añade que la atención de los medios de comunicación se centra principalmente en las emisiones. El agua utilizable, fundamental para el riego, el mantenimiento del suministro de alimentos y la reducción de la inseguridad alimentaria en las zonas de cultivo, podría ser cada vez más escasa. «Los efectos de que el agua sea un recurso escaso son múltiples, desde el punto de vista del suministro, de la calidad y de la seguridad», puntualiza Jackson.
La gestión de los recursos forma parte del reto de mantener un suministro de agua adecuado. «En el oeste de los Estados Unidos hay comunidades agrícolas que no disponen de agua potable pero sí de agua para regar los cultivos, como consecuencia de los complejos derechos del agua y unas infraestructuras inadecuadas y deterioradas», explica Griffin. La falta de agua para el riego puede agravar otros problemas agrícolas, como la escasez de lechugas de diciembre de 2022, provocada en parte por un virus que se apoderó de la cosecha durante periodos de calor inusitado.
Un sector que explora posibles soluciones
En medio de la crisis climática, la industria alimentaria, agrícola y de bebidas puede encontrar esperanza en los enfoques estratégicos de sostenibilidad. Las innovaciones en ciencia y tecnología pueden ayudar a las empresas a encontrar nuevas soluciones respetuosas con el medio ambiente. Algunas empresas están creando mezclas de piensos para el ganado que reducen las emisiones de carbono. Otras están desarrollando asociaciones en toda la cadena de suministro, con colaboraciones que generan cambios en las fases de agricultura, procesamiento y venta al por menor.
Nuevas soluciones empresariales, fuentes de capital y seguros también podrían ayudar a gestionar el riesgo climático en esta industria. Griffin señala que las garantías y el uso de datos industriales del sector privado podrían ayudar a las empresas a ampliar sus cambios sostenibles con rapidez, y Jackson añade que ayudar a los clientes a acceder rápidamente al capital en caso de catástrofe climática podría ayudar a los trabajadores y comunidades afectados a reconstruir y crear un impacto social positivo.
Un enfoque unificado ante el cambio climático
Para hacer frente a los riesgos y retos de la crisis climática, la industria debe abrazar el cambio y trabajar en todos los niveles de la empresa, la producción y la cadena de suministro. «Creo que la opinión general en el sector es que es necesario ampliar las soluciones existentes, aprovechar el poder de la tecnología e innovar para hacer frente a las carencias en materia de protección», afirma Jackson. «Y todo esto debe hacerse de manera colaborativa».
El riesgo de Cambio Climático está considerado en el Nº23 dentro de los riesgos que más preocupan a las empresas. Accede a nuestra Encuesta Global de Gestión de Riesgos 2021> Encuesta Global de Gestión de Riesgos 2021 de Aon
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