Fatiga pandémica: Nuevo reto del bienestar emocional. Cómo hacer frente al burnout o desgaste profesional, estrés, desmotivación, pesimismo ante un futuro incierto

Burnout o desgaste profesional

El burnout o desgaste profesional afecta a todo tipo de personas. Se trata de un padecimiento emocional muy ligado al exceso de trabajo. El estrés se incrementa, lo que acaba por afectar a las relaciones personales y al propio rendimiento. En la actualidad, la pandemia está aumentando este problema. ¿Cómo hacerle frente con éxito?

Fatiga pandémica

Estrés profesional ante la incertidumbre.
Estrés profesional ante la incertidumbre.

La fatiga pandémica es la denominación que le ha dado la OMS (Organización Mundial de la Salud) al fenómeno. A lo largo del último año se ha producido una alteración significativa en la vida de la población: el uso de mascarillas, las restricciones de movimiento o el aislamiento se han ido consolidando pasando a formar parte de nuestra vida. Estas medidas tratan de poner freno al virus, pero no dejan de tener consecuencias en el estado emocional.

Así, sentimientos como el de incertidumbre ante el futuro, desánimo y desmotivación se han hecho cada vez más comunes. Esto lleva a la aparición de estrés y ansiedad, en especial a la hora de compaginar los cambios con la actividad laboral y familiar.

También hemos entrado de lleno en la llamada era del teletrabajo, una solución efectiva para garantizar el distanciamiento social en todo tipo de empresas. Se empezó a aplicar de forma extensiva a raíz del primer estado de alarma declarado en marzo del 2020, cuando millones de trabajadores trasladaron su jornada laboral a sus hogares, lo que trajo tanto ventajas como inconvenientes.

Una jornada laboral en casa es muy diferente a la que se da en una oficina. La presencia de niños, mascotas o ruidos provocados por los vecinos pueden causar una pérdida continua de concentración. Si a esto se le unen los cambios radicales en el día a día que trae la pandemia, el resultado es que los casos de desgaste aumentan. Esto también ocurre con el estrés, la ansiedad o la depresión.

Para enfrentarse a estos problemas de forma efectiva hay que conocer sus síntomas a fondo. De esta forma se podrán buscar los tratamientos necesarios para mejorar el estado de ánimo y evitar las peores consecuencias.

Síntomas de la fatiga pandémica

Las manifestaciones de la fatiga pandémica son variadas y pueden pasar desapercibidas. Uno de los más importantes es el cansancio, fruto del exceso de trabajo, los cambios en la situación de la propia pandemia y las dificultades para llevar una vida normal. Esto termina por agotar a los individuos, lo que les lleva a padecer otros síntomas.

La irritabilidad es otro problema psicológico frecuente. Se trata de una tendencia a sentirse molesto por situaciones convencionales. Los enfados en este estado se producen con facilidad y se llega a sentir ira. El aguante ante momentos que sean estresantes se reduce considerablemente, lo que tiene un impacto claro y negativo en las relaciones humanas.

El agobio surge a raíz de la inquietud que provoca la propia pandemia, el aumento de las dificultades y la incertidumbre. Estar sometido a diferentes presiones también hace aparecer esta sensación. Dicho síntoma puede llevar a la aparición de los anteriores.

La presencia de los mismos contribuye a que se desarrollen depresiones o casos de ansiedad. Además, conjugar el trabajo en casa con la situación que impone la pandemia hace que los sentimientos mencionados terminen por agravarse. Así, las consecuencias llegan a ser desastrosas, ya que se incrementan las probabilidades de rupturas de pareja o incluso de perder el empleo. 

Junto a estos, la OMS destaca la desmotivación para seguir las conductas de protección recomendadas, algo que es fruto de la necesidad de darle una salida a la situación que se está viviendo. Se trata de un intento de vuelta a la normalidad previa a la pandemia, lo que no es una solución recomendable, pues el riesgo de contagiarse sigue estando presente.

Por otra parte, la desmotivación va surgiendo de forma gradual según se van acumulando síntomas de fatiga. El estado emocional se va deteriorando y la necesidad de una solución se agudiza. Hay que actuar con la mayor precaución posible para no caer en este comportamiento y acabar por contagiarse de la COVID-19.

Relación con el burnout o desgaste profesional

Síndrome de burnout
Desgaste profesional o burnout

El desgaste profesional está causado por el estrés que se padece en el puesto de empleo y actúa como respuesta a esta situación. La carga excesiva de trabajo, la falta de autonomía, las relaciones negativas con los compañeros o el hecho de no disponer de apoyo también conducen a este trastorno emocional. Algunos síntomas que provoca están relacionados con la fatiga pandémica.

Así, el cansancio o agotamiento, la irritabilidad y el agobio son sensaciones que comparten ambos desórdenes. Al burnout hay que sumarle la baja autoestima, la falta de realización personal, el insomnio o el absentismo laboral.

La relación entre estos dos trastornos viene dada por la situación que impone la pandemia. Las jornadas laborales se hacen más largas, las relaciones entre compañeros pueden deteriorarse y el trabajo en el hogar aumenta el estrés. Esta combinación resulta catastrófica para las personas, ya que su vida sentimental y familiar se ve muy dañada.

Un estado de irritabilidad continuo llevará a discusiones por cualquier complicación que surja, aunque esta sea pequeña y sencilla de resolver. Por tanto, el ambiente laboral tenderá a enrarecerse y lo mismo ocurrirá en el hogar. Además, si a esto se le une un cansancio que no parece cesar, el rendimiento en el puesto de trabajo caerá en picado… Lo que podría poner en riesgo la relación con la empresa.

El aumento del estrés y la incertidumbre impactan de lleno en la fatiga pandémica y el desgaste profesional. El nerviosismo hace que se tomen peores decisiones o que estas se lleven a cabo de forma irracional. En estos casos el pensamiento se nubla y cuesta más concentrarse, lo que también agravará la situación laboral.

Así, ambos desórdenes están muy relacionados entre sí, ya que están causados por situaciones similares. Estas tienen que ver con la aparición de una situación opresiva, que se mantiene durante largos periodos de tiempo y que no tiene una solución sencilla. Por suerte, es posible encontrar soluciones para afrontarlos con éxito o hacer más llevadera la pandemia dentro de sus dificultades inherentes.

Recomendaciones para hacer frente al burnout o desgaste profesional

Enfermera con migraña por exceso de trabajo y estrés.
Enfermera con migraña por exceso de trabajo y estrés.

Una de las primeras acciones a realizar es evitar el aislamiento. Es importante mantener el contacto con los amigos y familiares. Pese a las restricciones de movimiento, existe una amplia variedad de actividades que llevar a cabo juntos en la red. Además, las opciones para charlar son varias, ya que existen diferentes plataformas destinadas a las videollamadas. 

Los encuentros también son una opción viable, aunque siempre manteniendo las medidas de seguridad pertinentes. Asimismo, evitar las aglomeraciones y los espacios cerrados es la mejor idea. Por ejemplo, una visita al campo o pasear por los parques de la ciudad son dos opciones seguras y que permiten pasar un buen rato.

Junto a esto, el descanso es fundamental para reducir el estrés. Las autoridades recomiendan dormir ocho horas diarias, suficiente para recuperar energía. En cuanto al teletrabajo, hay que evitar encarar la jornada laboral sin planear algunas paradas. Trabajar de forma intensiva solo contribuirá a aumentar la fatiga, por lo que es necesario parar diez minutos cada hora para desconectar.

Limitar la exposición a las noticias es otra acción interesante, pues pueden afectar al estado de ánimo, en especial durante momentos de crisis. Revisar lo que sucede a diario es una buena opción para mantenerse al tanto de la situación, pero hay que evitar mirar qué está pasando cada pocos minutos. Esto solo hace aumentar la tensión y crea una cierta desesperación por ver mejoras.

Cuidar los pensamientos también es importante. Es posible que se caiga en creencias infundadas, como que la pandemia es más grave de lo que aparenta y que no se superará. En estos casos, evitar los sentimientos más catastrofistas es la acción correcta. De esta forma se reduce el estrés y se mejora la concentración, en especial cuando se presta atención a los problemas del día a día.

Hay que tener en cuenta que un solo individuo no puede solucionar la pandemia por sus propios medios. No obstante, puede contribuir siguiendo las medidas de seguridad y centrándose en buscar soluciones a sus problemas particulares. Estos son más fáciles de abarcar y solucionar.

Por otro lado, restar gravedad a la pandemia o la crisis económica tampoco ayuda. Hay que esmerarse en informarse lo suficiente como para comprender qué se está atravesando. De esta forma se tomarán mejores decisiones y se mantendrá la concentración en lo que realmente importa.

Finalmente, practicar ejercicio aporta todo tipo de beneficios; entre ellos la reducción de estrés. También provee de un tiempo en el que desconectar del día a día. Siempre que sea posible, es recomendable realizarlo al aire libre. Una caminata o una carrera serán de gran ayuda, y se podrá recapacitar sobre lo que se está viviendo o, simplemente, dejar la mente en blanco y centrarse en el camino que se está recorriendo. Así se evitará caer en una depresión por COVID-19.

En definitiva, el burnout o desgaste profesional está muy relacionado con la fatiga pandémica, ya que ambos están causados por un aumento constante del estrés. Pese a las dificultades del momento, es posible salir adelante con esfuerzo y apoyo de calidad. En Aon se ofrecen todo tipo de soluciones en materia de salud a empresas. ¡Contacta con nosotros!

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