Nuestra especialista Carmen Burgos, resume algunos consejos para mitigar el impacto traumático y económico que producen los ERTES en los trabajadores.
La crisis sanitaria de Coronavirus COVID-19 ha dado una vuelta de tuerca más, con las medidas excepcionales y obligatorias de otorgar permisos retribuidos recuperables a todos los trabajadores por cuenta ajena de industrias que no presten servicios esenciales. Esta medida entra en vigor el 30 de abril. Las empresas y los representantes de los trabajadores y/o sindicatos más representativos de cada sector, tendrán 5 días para negociar la forma de devolver las horas no trabajadas, antes de 31 de diciembre de 2020, de manera que se respeten el número de horas de trabajo efectivo firmado y pactado en los convenios colectivos en vigor. Esta medida está regulada en el Real Decreto 0/2020 de 29 de marzo publicado en el BOE en esa misma fecha.
Un nuevo reto de acuerdos y medidas conjuntas, entre empresarios y trabajadores, que se une a otra situación límite ya regulada con medidas extraordinarias, que es la de la negociación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Si bien el mecanismo no es nuevo en nuestro ordenamiento jurídico, si lo es el contexto social en el que se moverán estas negociaciones.
Nunca antes habíamos vivido una crisis financiera provocada por una crisis sanitaria del nivel actual. Y nunca antes nos habíamos vistos abocados a llegar a acuerdos en tiempo record y considerando un bien común general, por encima de los intereses económicos, sino ya primando intereses sociales y sanitarios. El Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad social, después de la publicación del Real Decreto 8/2020 de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social de COVID-19, donde se regulan ciertas normas excepcionales para la formalización y ejecución de estos ERTEs, ha puesto también a disposición de empresas y ciudadanos, teléfonos de apoyo por Comunidades Autónomas y una guía de Preguntas Frecuentes.
A día de hoy, apenas unas semanas después de la publicación del RD 8/2020, las solicitudes de ERTE’s en 4 Comunidades Autónomas (Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia y Andalucía), duplican ya a los aprobados en los últimos 6 años en España. Según el Centro de Predicción Económica (CEPREDE), entre 2,5 y 3 millones de personas que se verían afectadas por alguna situación de pérdida transitoria del empleo Estos ERTES afectan a todos los sectores, pero especialmente a los relacionados con Turismo, hostelería, automoción y consumo.
Las cifras del nº de personas afectadas por ERTEs crecen rápidamente, igual que lo hacen los datos oficiales de contagiados y fallecidos por causa del coronavirus, haciendo que crezca la esperanza de alcanzar en breve el pico de la curva, pero sin llegar a tocarlo realmente aún.
Por otra parte, y viendo el lado positivo de la situación, los casos de personas que son dadas de alta en los hospitales también crecen de forma exponencial. Además, entre todos estamos demostrando que de las crisis surgen oportunidades y la explosión de solidaridad, gratitud y creatividad para protegernos unos a otros y ayudarnos en este trance está siendo abrumadora. Muestras de gratitud saliendo a los balcones, generosidad de los equipos sanitarios poniendo en riesgo su propia salud y la de sus seres queridos, cuerpos de seguridad del estado, empresas que se reconvierten para utilizar su maquinaria, activos y personal para apoyar la producción de mascarillas y trajes de protección individual, productos desinfectantes, etc.
Con todo estos ejemplos tan reales y ya cotidianos, no me cabe duda de que, en los foros de negociación colectiva que se formen como consecuencia de ERTEs u otras medidas, el sentido de protección y vigilancia de la salud y bienestar de las plantillas afectadas estará más que presente. Tanto en la parte empresarial como en la parte social.
Es aquí cuando los beneficios sociales a disposición de los empleados en las empresas, cobran especial relevancia, ya que formarán parte de las conversaciones y negociaciones para determinar de qué manera se puede mitigar el impacto traumático y económico para los trabajadores que estos ERTEs implican.
No sólo las conversaciones girarán en torno a las prestaciones dinerarias y su adaptación a la situación de crisis temporal, tendrá que analizarse todo el paquete retributivo y los beneficios sociales relativos a nuestra salud y bienestar tomarán, sin duda, especial relevancia, al igual que medidas de flexibilidad y adecuación de jornadas.
Con este contexto, económico, pero también social y sanitario, me gustaría dar algunas ideas a las empresas y representantes de los trabajadores que se enfrenten a esta toma de decisiones.
Os ofrezco este decálogo sobre el que reflexionar:
- Poner sobre la mesa todo el paquete retributivo de las plantillas, no sólo el salario en efectivo.
- Pensar en proteger a las plantillas y cómo esta protección impactará en su moral y compromiso durante y después de esta crisis temporal, contribuyendo al bienestar corporativo.
- Tener presente las coberturas de vida, accidentes y salud. Que sean suficientes y se mantengan en la medida de lo posible en el periodo de inactividad laboral.
- Que estos beneficios sociales tan valorados en estos momentos prevalezcan en los paquetes de medidas complementarias a introducir en las condiciones del ERTE.
- Revisar vuestros Planes de Retribución Flexible. Cómo adaptar los contratos de seguro de salud para respetar las elecciones individuales de los empleados y sus familias, durante el periodo de cese temporal.
- Contar con expertos en gestión de riesgos y personas para ayudaros a generar ideas que optimicen costes sin perder protección.
- Considerar soluciones alternativas a las coberturas existentes hasta ahora, como servicios de telemedicina (incluso en especialidades como psicología) que mantengan el compromiso con la salud de los empleados.
- Valorar la flexibilidad horaria, cambios de turnos, reducciones de jornada, teletrabajo como opciones alternativas y/o complementarias al ERTE.
- Establecer canales de comunicación eficaz, veraz, eficiente y bidireccional. Esta situación es temporal y la motivación debe prevalecer en la medida de lo posible.
- Que el propósito de la empresa esté más presente que nunca en el proceso. No se debe perder el foco común a medio y largo plazo.
Porque permanecer protegidos hasta volver sanos y reforzados de esta crisis temporal es importante.
Juntos venceremos.
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