La inversión en biodiversidad, junto con otras estrategias climáticas, ayuda a las empresas a encontrar nuevas oportunidades y gestionar el riesgo.
Principales ideas:
- Los inversores han desarrollado estrategias en torno a los riesgos relacionados con el clima, las políticas y la divulgación de la información, pero no han prestado la misma atención a los riesgos relacionados con la biodiversidad y la naturaleza.
- Invertir en biodiversidad puede ayudar a las empresas a alcanzar mejor los objetivos relacionados con el clima.
- Para priorizar la biodiversidad en las inversiones, lo primero que hay que hacer es evaluar los riesgos, comprender las oportunidades y tener un control activo sobre estas iniciativas.
Visión general
La lucha contra el cambio climático suele centrarse en medir y reducir las emisiones de carbono. La normativa y la disponibilidad de datos también han contribuido a centrar los debates sobre este tema.
Pero aún hay más.
«Las emisiones de carbono son importantes», afirma Jennifer O’Neill, associate partner del responsible investment team de Aon. «Pero falta una parte de la ecuación: la biodiversidad. El entorno natural que nos rodea desempeña un papel fundamental en la absorción del carbono de la atmósfera».
La biodiversidad y el cambio climático están estrechamente relacionados: plantas, océanos, animales, microorganismos y suelos desempeñan su papel en la absorción de los gases de efecto invernadero. El agotamiento del medio natural significa también el sacrificio de un método eficaz de captura de carbono. Sin embargo, teniendo en cuenta la población mundial y el ritmo de consumo actual, los seres humanos han vivido muy por encima de las posibilidades del planeta. Como señala un reciente informe de Aon, los seres humanos sobreutilizan los recursos del planeta 1,75 veces más rápido de lo que los ecosistemas pueden regenerarse.
Para abordar el cambio climático con mayor eficacia, las empresas deben dar prioridad a la reposición de la biodiversidad, así como a la reducción de las emisiones de carbono.
En profundidad
Muchas empresas han alineado sus objetivos de emisiones netas cero con el Acuerdo de París. Desde una perspectiva económica y medioambiental global, esta alineación es un paso importante para frenar el aumento de las temperaturas globales. Desde el punto de vista de la inversión, un inversor particular puede emplear herramientas o ajustar sus carteras para reducir las emisiones y alcanzar una posición neta cero en sus activos de inversión. Pero en algunos casos, puede que no tengan en cuenta el impacto en el mundo en general.
«Se puede pensar en las cosas desde una perspectiva de cartera», dice O’Neill, «pero también es importante considerar cómo afecta una inversión al mundo real. ¿Está incentivando y acelerando la transición desde una perspectiva económica global a cero neto? ¿O simplemente está ajustando la posición de su cartera?».
Para abordar la lucha contra el cambio climático de forma más holística, las empresas tendrán que considerar las iniciativas de reducción desde el punto de vista de las emisiones y de la biodiversidad. Según O’Neill, los directivos se plantean preguntas como: «¿Qué debería preguntar a mis gestores de activos? ¿Cómo puedo entender y empezar a poner a prueba su comprensión en este ámbito? ¿Cómo puedo cooperar con ellos? ¿Cómo puedo pedirles que sean más activos en la propiedad de estos valores subyacentes en mi nombre?»
A medida que los líderes amplían sus carteras, cuatro medidas pueden ayudar a los inversores a integrar la biodiversidad en sus esfuerzos climáticos y a prepararse para realizar inversiones más inteligentes y ecológicas antes de lo previsto.
Estrategias basadas en las mejores prácticas
En 2015, el Consejo de Estabilidad Financiera, entidad internacional que evalúa y sugiere adaptaciones del sistema financiero mundial, detectó la necesidad de información relacionada con el clima para fundamentar mejor las decisiones de inversión, préstamo y suscripción, lo que dio lugar a la creación del grupo de trabajo mundial sobre divulgación de información financiera relacionada con el clima (Task Force on Climate-Related Financial Disclosures, TCFD). Desde entonces, el TCFD se ha utilizado para categorizar y cuantificar la posible materialidad o importancia de los riesgos relacionados con el clima para las organizaciones.
Pronto, las organizaciones podrán recurrir a este para comprender los riesgos relacionados con la misma. «El TNFD quiere desarrollar un marco común que pueda aplicarse en todas las organizaciones», explica O’Neill. «Esto ayudará a las empresas a articular su exposición a los riesgos relacionados con la naturaleza de forma similar a como se emplea el TCFD para las organizaciones, las sociedades, los fondos de pensiones u otros inversores institucionales».
A medida que las empresas actualizan sus objetivos relacionados con el clima, pueden utilizar tanto el marco del TNFD como el del TCFD para construir una estrategia más completa y reconocer las oportunidades para realizar inversiones más inteligentes.
Evaluar la situación actual y comprender los riesgos
Las empresas pueden examinar su cartera actual de activos y comprender cómo utilizar marcos emergentes como el TNFD para evaluar su exposición a los riesgos relacionados con la naturaleza. A continuación, pueden considerar si esa posición es tan resiliente o activa como desean.
Algunos de los riesgos relacionados con la naturaleza que deben tenerse en cuenta son el consumo de agua y la degradación del suministro de agua, y la exposición a la contaminación a través de la cadena de suministro o a través de la actividad rutinaria. Ambos factores impiden que la vida marina y el medio ambiente que la rodea puedan reponerse de una forma adecuada.
«Independientemente de cuál sea su posición actual, hay medidas que los inversores pueden adoptar», afirma O’Neill. «Así que animaría a todos los inversores a considerar de forma crítica cuál es su exposición actual y si es una posición con la que se sienten cómodos».
Comprender los distintos tipos de oportunidades de inversión
Algunos ejemplos de inversiones relacionadas con el clima son la inversión en activos que contribuyen al desarrollo de fuentes de energía renovables, a la reducción de la contaminación o a la eliminación del carbono de la atmósfera. Las tecnologías de energías renovables y de captura de carbono son una opción y están más generalizadas.
Desde el punto de vista de la biodiversidad, también hay asignaciones que contribuyen al desarrollo de la agricultura renovable, las tierras renovables y la silvicultura responsable. El uso responsable de la tierra permite una mejor reposición de los suelos y beneficia a la producción agrícola. Esta área de inversión también abre la puerta a la inversión de mayor impacto, que minimiza la desconexión entre las acciones que una empresa lleva a cabo dentro de una cartera y el impacto que tiene en el mundo real.
Las inversiones también pueden contribuir a reducir la contaminación y a mejorar el entorno para que prospere la biodiversidad. En el mundo del transporte marítimo, por ejemplo, la reducción de la entrada de microplásticos en el medio marino mediante una tecnología de extracción de aguas residuales del transporte más eficiente y eficaz permite reducir el impacto ambiental en este importante eslabón de la cadena de suministro.
Comprometerse de forma activa
El compromiso, los derechos de voto y la gestión activa de la propiedad son cruciales para que las empresas aborden la pérdida de biodiversidad y los problemas relacionados con el clima. Realizar un ejercicio activo del derecho de propiedad significa contribuir e influir en la dirección estratégica de una empresa, en lugar de ser un mero receptor pasivo del rendimiento de una inversión. Gran parte de este compromiso comienza con el desarrollo de una estrategia. En los últimos años, los inversores han desarrollado una estrategia en torno a los riesgos relacionados con el clima, las políticas y la divulgación de información, pero no todos han prestado la misma atención a los riesgos relacionados con la biodiversidad y la naturaleza.
«Es importante que los inversores conozcan su nivel de competencia y credibilidad en cuestiones relacionadas con la naturaleza, porque si nos centramos exclusivamente en las emisiones, corremos el riesgo de pasar por alto uno de los componentes cruciales a la hora de abordar el cambio climático», declara O’Neill.
O’Neill explica que los esfuerzos reguladores de ciertas jurisdicciones han animado a las organizaciones a adoptar un papel más activo en sus inversiones, por ejemplo, por parte de los fideicomisarios de los planes de pensiones. Pero es de suma importancia que las organizaciones que invierten dinero en nombre de un inversor cuenten con una estrategia completa y demuestren que utilizan herramientas como la participación activa, el compromiso y los derechos de voto para ayudar a promover la agenda de la organización.
Aceptar la ambigüedad al invertir en biodiversidad
Históricamente, los inversores se han centrado en las emisiones de carbono porque ofrecen datos cuantificables que les ayudan a comprender su exposición a los riesgos relacionados con el clima. Como hay menos datos sobre el papel de la biodiversidad en la lucha contra el cambio climático que información sobre el cambio climático, las empresas tienden a evitar explorar este aspecto de la inversión.
«En cualquier ámbito de inversión, siempre hay cierto grado de incertidumbre, y siempre se plantean algunos retos a la hora de identificar cuál es la situación ideal», asegura O’Neill. «Este no es diferente, pero no podemos esperar a tener datos perfectos para tomar decisiones, porque eso nunca llegará, y cuando nos demos cuenta será demasiado tarde. Los inversores no deben dejar que lo perfecto sea enemigo de lo bueno. Tome alguna medida para comprender cuál es su posición actual y luego piense en qué herramientas puede utilizar para mejorar esa posición y contribuir a un mundo mejor para todos».
