La temperatura en el trabajo es uno de los factores más condicionantes en la productividad de cualquier plantilla de trabajadores.
Y si bien el Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el trabajo (INSHT) establece una serie de indicaciones sobre cómo debe ser la regulación de la misma a lo largo del año, este problema sigue siendo un factor crítico en las empresas.
De hecho, está demostrado que los trabajadores disconformes con la temperatura de su puesto de trabajo pueden ver mermada su productividad hasta un 38%, un porcentaje aún mayor que el de las personas que están expuestas a unas condiciones de luz no adecuadas para el puesto que desarrollan.
Temperatura en el trabajo → ¿Qué establece el INSHT al respecto?
En contra de lo que pudiera parecer, la temperatura en el trabajo es una cuestión regulada en nuestro ordenamiento jurídico, concretamente en el Real Decreto 486/ 1997, de 14 de Abril , el cual establece lo siguiente en su punto 3:
- LOCALES DONDE SE REALIZAN TRABAJOS SEDENTARIOS PROPIOS DE OFICINAS O SIMILARES → La temperatura debe estar comprendida entre los 17 °C y los 27 °C.
- LOCALES DONDE SE REALICEN TRABAJOS LIGEROS → La temperatura debe estar comprendida entre los 14 °C y los 25 °C.
No obstante, si lo analizamos con detenimiento, las pautas fijadas por el Real Decreto en cuestión dan lugar a un inmenso abanico de posibilidades que no permiten establecer una decisión más concisa.
Por este motivo, el INSHT elaboró una serie de recomendaciones de carácter más concreto, determinando que en verano la temperatura debe estar comprendida entre los 23 °C y los 26 °C, mientras que en invierno debe situarse en una franja entre los 20 °C y los 24 °C.
Relación entre la temperatura en el trabajo y la productividad laboral.
Es una creencia aún demasiado generalizada que las bajas temperaturas favorecen una mayor productividad laboral. Es tal la generalización de esta creencia, que diversas escuelas de negocios y universidades han publicado diferentes experimentos e informes negando la veracidad de la misma.
La Universidad de Cornell probó en un estudio que los trabajadores cometen más errores cuando trabajan con una temperatura comprendida entre los 20 °C y 22 °C que cuando lo hacen en un ambiente laboral cuya temperatura se encuentra entre los 23 °C y 24 °C.
No obstante, la temperatura en el trabajo es una cuestión que, además de representar un factor determinante en la productividad de los trabajadores, puede llegar a afectar de manera negativa a la salud de los mismos. Entre los efectos nocivos de esta cuestión podemos destacar:
Estrés térmico
El estrés térmico puede llegar a ser considerado como una enfermedad laboral, en tanto en cuanto este se produce porque la empresa no ha llevado a cabo las oportunas labores de prevención. Tanto es así que el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en España se ha pronunciado en diversas ocasiones al respecto de esta cuestión.
No obstante, el propio Ministerio establece que, si bien los empresarios tienen la obligación de llevar a cabo las oportunas labores de prevención, los trabajadores deben a su vez informar a sus superiores sobre si se encuentran en las condiciones óptimas de climatización que consideran adecuadas a su caso en particular.
Incidencias subjetivas de esta cuestión sobre la plantilla de trabajo
Más allá de los problemas de salud, la temperatura en el trabajo puede llegar a constituir importantes fricciones entre las personas que conforman nuestra plantilla de trabajo.
No obstante, el desarrollo de unas políticas de comunicación adecuadas por parte del personal directivo puede ser la herramienta perfecta para convertir estos conflictos en un elemento sobre el que fortalecer los lazos entre los trabajadores de una empresa.
Antes de instalar un sistema de calefacción o aire acondicionado, es recomendable realizar un estudio previo de las condiciones ambientales del lugar de trabajo. Es recomendable que ninguno de los conductos de ventilación estén focalizados sobre una persona o área de trabajo en concreto, de forma que estos generen una temperatura en el espacio a aclimatar lo más homogénea posible.
Es importante ser conscientes de que la decisión que tome la empresa no gustará a todas las personas por igual, pero que ambas partes deben llegar a una serie de acuerdos para conseguir una situación lo más favorable para la plantilla de trabajadores en su globalidad.
Y aun a riesgo de sonar una frivolidad, es posible establecer un dress code diferente en las épocas de más calor. En muchas ocasiones, el problema entre hombres y mujeres que trabajan en un mismo espacio de trabajo en relación a la temperatura de la oficina se debe a la vestimenta con la que acudimos a nuestro puesto de trabajo.
La percepción de una mayor temperatura en el trabajo por parte de los trabajadores varones se debe a que estos deben seguir vistiendo camisa y traje en diversas empresas, mientras que el sector femenino tiene un mayor número de posibilidades a la hora de elegir ropa más cómoda y adecuada a la temperatura de cada época estival.
Por este motivo, la temperatura en el trabajo debe ser vista como un elemento a trabajar desde las políticas de prevención y comunicación internas de la empresa, generando los valores de fidelidad y sentido de pertenencia con el cuidado a las personas.
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